Hace unos días, concretamente el del partido de vuelta de la Copa del Rey, en el cual se enfrentaban Barcelona y Valencia en Mestalla, mucho se habló sobre los convocados de Luis Enrique, ya que el técnico decidió llamar a varios canteranos para conformar el equipo 

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El partido de ida se ganó 7-0 y la plantilla necesitaba descanso para afrontar los partidos venideros, en un calendario muy apretado con partidos entre semana. Dado lo anterior, la prensa catalana se enfocó bastante en destacar las cualidades y el talento de Aleñà, y en los comentarios de los artículos que leí noté que la mayoría ya lo consideraba como un crack y que merece subir al primer equipo, entre otras cosas. Sin duda debe tener bastante calidad para ser parte del FC Barcelona, pero no creo que le haga bien al jugador que tan joven y en su situación actual se le imponga tanta presión por parte de la prensa y afición, al punto de que se le llega a sobrevalorar.

Al día siguiente del partido, no vi noticia alguna sobre el jugador mencionado (tal vez hubo, pero no la encontré), y es que se mantuvo en la banca y la estrella del partido fue otra, Kaptoum, ante lo cual la prensa le dedicó algunos artículos y los aficionados que allí comentan empezaron a alabar su juego. No digo que esto esté mal, pues considero importante que se destaque a quienes tienen un rol importante en el equipo, pero lo que sí puede ser peligroso es darles demasiada atención a estas "jóvenes promesas", al grado de que se inicie una campaña mediática a favor de ellos, con la consiguiente presión que ello implica.

Munir y Sandro son dos buenos ejemplos para ilustrar lo que quiero decir. Ambos jugadores tenían una gran proyección hace un año cuando jugaban en el Barça B, pero conforme aumentaron su participación en el primer equipo, la afición y la prensa los sobrevaloraron demasiado por unos cuantos partidos buenos (y no creo que la mayoría de los aficionados siguieran su desarrollo como futbolistas en los partidos del filial), al punto de que se decidió que subieran al primer equipo (¿tal vez la prensa favoreció tomar esta decisión?).

Tomar la decisión que se tomó con ambos jugadores tal vez no fue lo más acertado, pues si bien el Barcelona se destaca por dar oportunidades a la cantera, en muchos casos es precipitado subir jugadores al primer equipo, y que se queden en banca o que de otro modo se vayan cedidos, lo que corta su progresión y a la vez debilita al equipo filial, con nefastas consecuencias, pues descendió.

Con lo anterior, lo que quiero decir es que, dado el rendimiento que han demostrado Sandro y Munir a lo largo de la temporada pasada y lo que se lleva de esta, la prensa y la afición suelen sobrevalorar a jugadores y eso finalmente puede terminar siendo perjudicial para ellos, pues aumenta su competencia, por tanto juegan menos y además tienen mayor presión, debilitando al equipo B de paso. Todas estas consecuencias negativas se podrían evitar si se tuviera un poco más de paciencia, y la prensa hiciera su parte sin dar tanto énfasis a jugadas o partidos aislados, que si bien es bueno, el énfasis que se le da hace creer que están refiriéndose a cracks cuando en realidad son jugadores en formación y con mucho que demostrar. Por ello, esperemos que no se repita una situación similar con Aleñà, Kaptoum y otros más.


Gonzalo Parragué Arancibia