A pesar de que está acostumbrado a navegar entre rumores, al Real Madrid no le están gustando los de este verano, porque las bajas se están confirmando y los fichajes no acaban de llegar. Los nuevos 'galácticos' siguen a la espera mientras se atan jóvenes promesas por más millones que garantías, y las dudas se multiplican con unos referentes que continúan forzando un fin de ciclo en el Santiago Bernabéu.
La marcha de Zinedine Zidane fue la primera sorpresa desagradable, y con algunas advertencias más llegó la de Cristiano Ronaldo. Eran tantas las discusiones que se habían arreglado que parecía complicado que el portugués pudiera decidirse a hacer las maletas, pero la decisión llevaba tiempo tomada y se hizo efectiva con más tranquilidad de la prevista. Ni el de Madeira ni Florentino Pérez levantaron demasiado la voz, porque fuentes cercanas a ambos han señalado que la relación llevaba demasiado sin funcionar.
El problema es que un acuerdo similar al del luso estaría complicando el futuro de Luka Modric, que día tras día se acerca más al Inter de Milán. El presidente se ha esforzado en aclarar que el croata no se mueve del vestuario y ni siquiera se le busca sustituto, pero se comenta que meses atrás pactaron que si llegaba una oferta interesante le dejarían salir, como ocurrió con su ya ex compañero.
El de Zadar está cerca de cumplir 33 años y quiere probar una nueva aventura en un equipo Champions, algo que está por ver si le permiten los 'merengues' tras unos meses de máxima revolución. Está claro que el relevo generacional debe iniciarse en la plantilla madridista, pero todos quieren correr demasiado y se están cayendo los insustituibles antes de que haya margen para encontrarles recambios de nivel.
A Florentino se le agota el crédito
El mejor argumento para el Real Madrid es su brillante trayectoria europea, que le sirve de colchón ante una campaña que se plantea peligrosa. FC Barcelona y Atlético de Madrid se están reforzando mucho y bien, y la pasividad de Florentino Pérez empieza a inquietar a los aficionados. Hay pocos movimientos y el equipo está a medio reformar.
Habrá que ver si la estrategia del dirigente de esperar para eliminar competidores surte efecto, porque si no se prevé un verano de locos en 2019, en el que volverá a apretar a las estrellas a las que ahora no puede acceder con la intención de potenciar sus habituales proyectos 'galácticos'. El cambio de planes está siendo una amenaza para los blancos.