Ronald Araújo es uno de los mejores centrales del mundo, puede que el mejor, pero su sueldo podría decirse que es como muco el de un buen suplente en un equipo 'grande'. El uruguayo está ganando algo más de tres millones y medio de euros netos al año, que para alguien de su categoría y de su importancia en el vestuario del FC Barcelona, es 'ridículo'. El zaguero acaba contrato en 2026, por lo que tiene pendiente renovar y en dicha negociación quiere que su rendimiento y estatus se vea recompensando con un sueldo muy superior al que gana ahora.
Hay que recordar que el defensor aceptó ganar un salario que no le correspondía en 2022, cuando firmó su última ampliación. El Barça tenía por aquel entonces serios problemas con el Fair Play y no podía ofrecerle un contrato mayor, a pesar de ser consciente de que se lo merecía. En ese momento, el charrúa ya era indiscutible en la zaga azulgrana e incluso muchos ya le consideraban el mejor defensa del equipo. Por ello, teniendo en cuenta que en la Premier League más de un equipo llamó a su puerta ofreciéndole mucho más, aceptar esa ficha fue un favor enorme del internacional por Uruguay hacia el cuadro culé.
De hecho, tal y como apunta el diario 'SPORT', Joan Laporta agradeció el gesto de Ronald y le dio su palabra de que en cuanto se pudiera le revisarían el sueldo para mejorárselo. Sin embargo, han pasado ya dos años desde entonces y en la entidad nadie se ha dirigido a él todavía para esta subida. Mientras tanto, él ha seguido rindiendo al nivel de los mejores, alcanzando un valor de 70 millones de euros en 'Transfermarkt', y puede que incluso de 90 o 100 en el mercado actual, si el Barça decidiera venderle.
La negociación va a llegar muy pronto, pero no está nada claro que Araújo vaya a escuchar lo que quiere oír. Deco ya ha avisado que la 'pelota' está en su tejado, dejando que caer que el Barça hará lo que pueda por ofrecerle un sueldo competitivo, pero que podría no ser lo que busca. El central sabe que es el tercer capitán, el líder de la defensa y uno de los jugadores más importantes del plantel por lo diferencial que es atrás a la hora de defender a los mejores delanteros rivales, incluso a los extremos. Por ello, lo normal es que pida fácilmente el doble para situarse en los primeros puestos de la escala salarial culé.
Araújo es el undécimo jugador del Barça que más gana
Por contextualizar, en el vestuario un total de once futbolistas ganan menos que él: Lamine Yamal, Joao Félix, Fermín López, Vitor Roque, Gavi, Oriol Romeu, Marcos Alonso, Sergi Roberto Alejandro Balde, Iñaki Peña y Marc-André ter Stegen, que difirió su salario para este curso, pero que se verá recompensado en el futuro. Eso quiere decir que hay 10 jugadores con mejor sueldo que el de Rivera, que prácticamente está en el medio. Su objetivo probablemente sea estar detrás de Lewansowski (16 millones netos el curso que viene) e Ilkay Gündogan (casi 9), y ponerse a la altura de Frenkie de Jong que está sobre los 8 netos. Sería más del doble de lo que gana ahora, por lo que en bruto el Barcelona pasaría de tener que pagar unos 7 a pagar unos 16, algo que a nivel de masa salarial es una subida brutal.
Según dio a entender Deco, en la entidad podrían no llegar a esas cantidades, y puede que con suerte consigan ofrecerle 6 netos, que le pondría más o menos a la altura de Raphinha y Joao Cancelo, que están a su vez por detrás de Jules Koundé, que con 7 es quien sigue la estela de Frenkie. Aunque sería un esfuerzo notable, la realidad es que no es lo que a Araújo se le prometió en 2022, ya que por estatus y nivel futbolístico no 'puede' ganar menos que Koundé o lo mismo que el brasileño y el portugués. El charrúa se merece más por rendimiento y por el esfuerzo que hizo hace dos años al aceptar una propuesta muy a la baja de la que nunca se ha quejado en público.
Si el FC Barcelona vuelve a pedirle al defensor que ceda y gane menos de lo que se merece estará siendo injusto con él y no estará cumpliendo la promesa que le hicieron. Esto podría desembocar en una petición de traspaso, ya que aunque Araújo es muy feliz en la Ciudad Condal y prioriza quedarse por encima de todo, si se siente traicionado o injustamente tratado, las cosas podrían cambiar. Nadie quiere que se llegue a esto, pero la 'pelota', aunque el Barça no lo vea así, está realmente en las manos del club y no en las del jugador.