El lío por el fichaje de Ousmane Dembélé por el París Saint-Germain no ha terminado. Una semana después de que se alcanzara un acuerdo, en términos personales, entre el jugador y el club parisino, el movimiento no ha terminado de concretarse. 'Dembouz' había estado en la capital de Francia desde el pasado sábado a la espera de pasar por su reconocimiento médico, pero el FC Barcelona no ha ofrecido la documentación pertinente para que se resuelva todo el caso.
Desde el sábado, se ha venido informando que el PSG está a la espera de que los blaugrana den respuesta sobre los 'flecos' que faltan para completar el traspaso. Ya confirmaron que pagarán los 50 millones de euros de la cláusula 'privada' que tenía Dembélé en su contrato, pero están a la espera de la luz verde para abonar el monto. Comienzan a desesperarse con los culés, que parecen que han declarado la guerra y quieren frustrar el traspaso.
El Barça se resiste al acuerdo Dembélé-PSG
Según una información del periodista Santi Aouna, de Foot Mercato, la entidad catalana no habría respondido, todavía, el correo del PSG pidiendo programar el reconocimiento médico de Ousmane Dembélé. Están a la espera de que den respuesta, porque hasta entonces sería imposible que firme el contrato con el que se vinculará al club por las próximas cinco temporadas. Luis Enrique le espera para entrenar en Camp des Longes el lunes, pero de momento es imposible.
Asimismo, se ha destacado que la intención oculta del Barça sería ganar tiempo y que Dembélé se sume a las filas del Al-Hilal este verano, que estaría dispuesto a abonar 100 millones de euros directamente a las arcas del club (no le correspondería un porcentaje al jugador francés). El atacante, por su parte, se niega a esta posibilidad porque su intención es jugar en el Parque de los Príncipes.
Dembélé vuelve a Barcelona
Como no se ha concretado el movimiento, el futbolista de 26 años está obligado a cumplir con el cronograma de entrenamientos del Barça a la vuelta de la gira de pretemporada por Estados Unidos. Ha sido citado a la sesión dominical y ya ha vuelto de París, a Barcelona, para sumarse al trabajo mientras se resuelve su traspaso. Hay guerra abierta, probablemente nunca antes vista en la Ciudad Condal, y puede terminar peor de lo que se esperaba.