El mercado de fichajes del verano 2020 será clave para el FC Barcelona, que vuelve a tener en su punto de mira a Neymar. Los catalanes abordaron su regreso en 2019 pero tras varias semanas de tira y afloja se quedaron con las ganas, y con la ayuda del jugador, y la necesidad del PSG, tienen previsto volver a intentarlo cuando acabe la temporada. La del ex del Santos es una incorporación estratégica a corto-medio plazo.
En el Camp Nou se asume que, por varios motivos, el de Sao Paulo debe estar en lo alto de la lista de objetivos. No será la única contratación prioritaria, pero sus cualidades futbolísticas le convierten en un posible heredero para Leo Messi y también su carácter de líder, por mucho que a veces tienda a la polémica. Tiene gol, visión de juego y desequilibrio y a nivel extradeportivo es una figura consagrada, con un impacto mediático capaz de asumir el legado del argentino. Por si fuera poco, cuenta con la aprobación de la plantilla.
En los últimos meses, los azulgrana han estado perfilando el plan para recuperar al brasileño, y tienen claro que no entrarán en guerras. En experiencias anteriores entendieron que las presiones no sirven con los 'bleus', ni las más contundentes y ni siquiera las más ligeras. Es por ello que, aunque se la reservan como un posible as en la manga, no optarán por una vía que podía facilitarles la jugada pero sería demasiado drástica.
Según 'Mundo Deportivo', los culés no se acogerán a la cláusula de la FIFA que podría liberar al delantero, que cumple con los requisitos para forzar su deseado cambio de aires. El artículo número 17 del Reglamento sobre el Estatuto y la Transferencia de jugadores le permitiría liquidar su contrato sin causa justificada, porque tiene 28 años o más y ha pasado tres como mínimo en el club. Eso sí, se esquivará de momento esta opción porque los galos podrían reclamar a diversas entidades judiciales para obtener una indemnización y porque se sentaría un precedente peligroso.
En la Ciudad Condal optarán por jugar bien sus cartas y tratar de obtener un acuerdo por el fichaje, que según estos cálculos rondaría los 180 millones de euros y que la prensa francesa ya rebaja hasta alrededor de 150. Sin tensiones añadidas, no se podría precipitar que otros grandes forzaran con esta situación para torpedear al Barça, ni tampoco unas represalias del PSG que ya han costado algún que otro disgusto.
Neymar no es una apuesta sencilla para el Barça
Lo que está claro es que Neymar no va a ser una apuesta sencilla para el Barça, que debe estar acertado en las negociaciones. Con otros intereses caros como Lautaro Martínez, una cifra por encima de los 100 'kilos' no es asumible, por lo que se intentará llegar a un entendimiento incluyendo jugadores en la operación. Está por ver si los parisinos desean esta vez aceptar alguna moneda de cambio, pero nombres como los de Ivan Rakitic, Philippe Coutinho o Jean-Clair Todibo vuelven a estar sobre la mesa.
En caso de que se diera luz verde a su regreso, el punta debe saltar muchas cuentas pendientes con los culés, con los que tiene varios conflictos supervisados por la Justicia y a los que debería confirmar un intachable compromiso. Eso, según su entorno, ya no sería un problema, porque el joven ha reconocido que se equivocó al marcharse y estaría dispuesto a pedir perdón y a ganarse a los fans con su fútbol.