Neymar abandonó el FC Barcelona en verano de 2017 y, a los pocos meses, se arrepintió y pidió su vuelta al Camp Nou con lágrimas en los ojos. Pero los deseos del brasileño eran un capricho muy difícil de obtener, ya que el anterior había sido marcharse al Paris Saint-Germain y el club francés es como una trampa para pulpos: muy fácil entrar por todo lo que ofrece pero muy difícil salir.
Con varias demandas de por medio por pagos que Neymar exigía y que el FC Barcelona se negaba a dar, ambas partes trataron de volver a juntar sus caminos. Se tanteó en 2018 y se intentó con fuerza en verano de 2019 a petición de la plantilla, pero no se pudo: el Paris Saint-Germain pedía 300 millones de euros para dejarle marchar y ni el hecho que el jugador estuviese dispuesto a rebajarse la ficha era suficiente.
Desde el prisma del FC Barcelona era una operación absurda: Neymar se había marchado por los 222 millones de euros de su cláusula de rescisión y bajo ningún concepto volvería por más, por lo que las negociaciones se rompieron. Pese a ello, quedó en el aire la posibilidad de volver a intentar su fichaje en verano de 2020, pero cualquier opción de que ello sucediese se fue al traste con la pandemia.
El coronavirus cerró la última grieta que quedaba al respecto de la posibilidad de ver a Neymar de azulgrana nuevamente, porque ha llovido demasiado. En primer lugar, la capacidad financiera del FC Barcelona para fichajes es nula y, en segundo, porque ninguno de los precandidatos a las próximas elecciones es partidario de la vuelta del brasileño. Solo lo parecía -aparentemente- la directiva de Josep Maria Bartomeu y ahora ya no está.
Neymar renovará por el Paris Saint-Germain
Y si Neymar no es un fichaje atractivo para el barcelonismo, que se siente traicionado por lo que hizo en 2017, ni para ningún precandidato, que prioriza un proyecto joven y sin despilfarros, para el delantero brasileño tampoco es una opción atractiva volver al Camp Nou. Muchos de sus amigos de vestuario como Luis Suárez o Ivan Rakitic ya no están, además de tener en cuenta que la continuidad de Leo Messi sigue en el aire.
Además, el proyecto deportivo del FC Barcelona es muy nuevo y no asegura éxitos a corto plazo después de la hecatombe de Lisboa contra el Bayern de Múnich. Por último, está el aspecto económico: Neymar no quiere bajar de los 30 millones de euros anuales y en el Camp Nou no los podría cobrar. El brasileño ya negocia para renovar con el Paris Saint-Germain, aunque siempre manteniendo la ambición del proyecto deportivo y nunca por una cifra inferior a la mencionada.