La temporada 2017-18 no ha empezado con buen pie para el Barça, que a pesar de levantarse en LaLiga del tropezón en la Supercopa, se ha tambaleado en un mercado de fichajes con más penas que alegrías. Los catalanes no han sido los únicos damnificados del verano, que se ha cobrado alguna que otra víctima.
Y es que sí, los primeros en pagar las consecuencias, serán los azulgranas, que han visto un movimiento de piezas en el vestuario que ha dejado posiciones más compensadas -en tanto que ha llegado un refuerzo por línea-, pero una plantilla de menos calidad. Deulofeu, Semedo y Paulinho quieren demostrar que tienen el hambre y la clase suficientes para hacer algo grande, y más aún un Dembélé que llega para comerse el mundo en el club de su vida, pero la salida de Neymar, el declive de Iniesta y el bajo perfil de los suplentes son hechos demasiado preocupantes.
Pero no sólo en el Barça hay conclusiones negativas por un acierto negociador ausente, y es que hay algunos futbolistas a los que no les quedará buen recuerdo de este verano, probablemente para el resto de su vida. Se suele decir que hay trenes que sólo pasan una vez, y Philippe Coutinho y Jean Michaël Seri no podrán parar de repetírselo.
Es cierto que el mundo no se acaba en el Camp Nou, algo que ha quedado más que patente en estos últimos meses, pero será difícil para el brasileño volver a Liverpool después de la tensión que le ha provocado su club en las pasadas semanas. No hace falta ni comentar tampoco la situación vivida por el marfileño, que se marchó a dormir sabiéndose vestido de azulgrana y se levantó con un pacto roto y una salida que no se ha producido.
Mirar adelante
Si hay una opción posible después de este doloroso mercado, es la que viene repitiendo Ernesto Valverde desde su llegada: "Hay que mirar hacia adelante". Al Barça le toca ahora afrontar la temporada con la máxima exigencia posible, haciendo lo que esté en su mano y, sobre todo, tomando nota de todos los errores cometidos para no volverlos a repetir. Los éxitos van en ello.