Hace meses que su nombre empezó a aparecer en la prensa deportiva, y ahora que ha irrumpido con fuerza en la Champions y en la selección holandesa, su protagonismo va en aumento. Frenkie de Jong ha pasado de ser la gran apuesta del FC Barcelona a tener detrás a la mayoría de grandes de Europa, con un seguimiento que se ha transformado de ilusión a agobio.
El de Arkel lleva tiempo dejando caer que jugar en el Camp Nou junto a Leo Messi es un sueño, pero su paciencia ha llegado al límite y ya ha dicho basta. En sus últimas apariciones públicas ya deslizaba su incomodidad por todo el alboroto que se está generando alrededor de su futuro, y no ha dudado en alzar la voz para pedir un poco de tranquilidad enmedio de todo este terremoto mediático.
"Al principio fue divertido y me sentí muy halagado por las historias sobre el Barcelona, pero después de un tiempo las preguntas se volvieron molestas", ha repetido en una entrevista, tras advertir hace semanas que el acoso empezaba a superarle, ya que en las redes sociales y en los entrenamientos había bromas y comentarios al respecto y las noticias en las que aparecía le llegaban con frecuencia.
Con la voluntad de tener algo de respiro o de no dar pistas sobre su nuevo destino, cortando además los rumores de aquellos que aseguran que se decidirá pronto, De Jong ha lanzado un mensaje de fidelidad al Ajax, olvidándose de cambiar de aires y abriendo la puerta a su continuidad más allá de 2019. "Por el momento, me quedo en el Ajax, al menos otro año y tal vez dos o tres años más. Realmente estoy disfrutando aquí", ha manifestado.
Al Barça le conviene la pausa que marca De Jong
La actitud de Frenkie de Jong contrasta con la de Ali Dursun, su representante, que ha asumido la estrategia de subasta del Ajax y se ha reunido ya con varios pretendientes. El centrocampista parece estar en el mercado con la intención de que su precio y las propuestas que recibe vayan aumentando en millones y garantías, algo que por otra parte, genera todo el ruido que está molestando al futbolista.
Esta pausa marcada por el joven puede beneficiar al Barça, que busca su hueco entre una competencia dispuesta a pagar lo que sea por su fichaje. Si ahora frena las negociaciones y aparca las conversaciones hasta final de temporada, podría haber alguna oportunidad para buscar un trato justo que solucione su futuro, y no convertirlo en una puja sin contemplaciones que ganará el que más dinero ponga sobre la mesa.