El PSG dinamitó el mercado de fichajes hace sólo un año, y aunque este lo arrancó pendiente de una posible sanción de la UEFA, quiere volver a ser protagonista. Las dudas sobre su gestión económica se han paliado a base de ventas, lo que ha otorgado cierto margen de actuación a unos galos que vuelven a estar preparados. Serán de nuevo uno de los grandes animadores del verano.
Tras invertir cerca de 400 millones de euros en las llegadas de Neymar y Kylian Mbappé, el conjunto francés se quedó corto en su gran aspiración, la Champions, de la que le apeó incontestablemente el Real Madrid mucho más pronto de lo esperado. En el Parque de los Príncipes no quieren repetir decepciones esta próxima temporada, y ya han empezado a moverse.
Con luz verde en materia de incorporaciones, se podría confirmar el rumor que lleva semanas sonando, y es que la oferta que frenó la retirada de Gianluigi Buffon era la de los parisinos. El italiano dejó la Juventus y todavía no ha confirmado su futuro, pero se da por hecho que firmará dos años con los 'bleus'.
Una de las recomendaciones del guardameta sería un ex compañero suyo en la Juventus, un Leonardo Bonucci que también estaría a un paso de recalar en la Ligue 1. Cerca de 40 millones de euros asegurarían un traspaso procedente del Milan, que intentará hacer caja para reducir el castigo que, precisamente, sí le ha confirmado la UEFA.
El Milan y el PSG, destinos cruzados
La investigación de la UEFA al PSG resolvió que pese a los balances 'tocados' y el descomunal gasto de los galos había garantías de que podían moverse en el margen de déficit permitido, lo que acabó por no costar una penalización a la entidad que preside Nasser Al Khelaïfi. Aunque durante meses defendieron su inocencia, hubo semanas en las que se temió lo peor, pero finalmente ha quedado en nada.
En cambio, quien sí ha pagado las consecuencias de sus inversiones ha sido el propio Milan, apartado de las competiciones europeas en la temporada 2018-19 por incumplir el 'Fair Play Financiero'. Los italianos presentaron un plan de actuación que no convenció a los técnicos del máximo organismo del fútbol europeo, por lo que tendrán que pagar un duro peaje pese a haber logrado su clasificación sobre el césped.