El FC Barcelona se prepara en este mercado de fichajes para una importante operación salida, y ya tiene algunos asuntos resueltos. Los catalanes se despedirán en unas semanas de Thomas Vermaelen, Jeison Murillo y Kevin-Prince Boateng, pero además de estas y otras marchas por confirmar, hace unos meses también aparcaron una negociación que podría haber llegado hasta este verano.

En la ventana invernal, se acordó con el Sevilla el traspaso de Munir El Haddadi. El joven acababa contrato y las conversaciones para su renovación no fructificaron, por lo que antes de apartarlo durante el resto de la campaña, se optó por pactar una solución que convenciera a todos. El punta se mudó a Andalucía, los culés percibieron cerca de un millón de euros y los hispalenses lograron un refuerzo importante.

Aunque en principio este trato se valoró como una estrategia a largo plazo, el conjunto blanquirrojo ya presume de un negocio 'bueno, bonito y barato'. La vinculación del hispano-marroquí se extiende hasta 2023, pero como se suele decir, lo suyo fue llegar y besar el santo. Su adaptación y su rendimiento inmediato se convirtieron en una agradable sorpresa en el Ramón Sánchez Pizjuán.

En un artículo publicado en la web del club, se destacan sus registros en los seis meses finales de la temporada, claves en LaLiga y la Europa League. Primero a las órdenes de Pablo Machín y después bajo la dirección de Joaquín Caparrós logró siete goles en 20 partidos disputados, lo que confirman que además de un futuro prometedor, la suya también fue una apuesta de presente.

El Sevilla destaca que su media anotadora supera notablemente a las logradas en Barça y Valencia, y se queda muy cerca de la del Deportivo Alavés, en el que hasta hoy es el mejor curso de su carrera. Como sevillista se plantó en 0,35 tantos por encuentro, como azulgrana se quedó en 0,21, como blanquinegro no pudo pasar del 0,19 y en Mendizorroza aportó un 0,37 para los blanquiazules.

El traspaso de Munir no fue tan provechoso para el Barça

Aunque la intención era quedarse con Munir, el jugador prefirió tener la oportunidad de jugar más, y dejó un agujero peligroso para el Barça. En enero no había opciones interesantes para cubrir su ausencia, y aunque llegó por sorpresa Kevin-Prince Boateng, su rendimiento no fue el esperado, y no pudo cumplir la misión para la que se le trajo, dar aire al siempre exigido Luis Suárez. Esa sigue siendo una de las prioridades del verano, aunque ahora el canterano ya sonríe en otro estadio.