El fichaje de Íñigo Martínez por el FC Barcelona es una posibilidad cada vez más cercana. Tanto el club como el futbolista están convencidos de la decisión, aunque siguen a la espera de que no haya problema con su inscripción de contrato a partir del 30 de junio, por lo que desde el Camp Nou intentan transmitir tranquilidad al vasco de que sí podrán incorporarle a pesar de los problemas de límite salarial.
El Barça, como el jugador, han tenido otras opciones encima de la mesa pero se va a respetar un fichaje que se adelantó el verano pasado y que no pudo realizarse por la negativa del Athletic Club a negociar una venta a la baja, teniendo esperanzas de poder renovar al central. Finalmente la oportunidad de que ambas partes de una parece haber llegado para este próximo verano.
Ofertas muchas, aceptada sólo la del Barça
En todos estos meses, el jugador ha recibido ofertas importantes tanto de España como en Europa. Atlético de Madrid e Inter de Milán han apretado, pero la idea del jugador era seguir en el Athletic o fichar por el Barça. Esta última opción era prioritaria y solo ha habido dudas por la posibilidad de que no pudiese ser inscrito. El Barça también ha recibido ofrecimientos interesantes como Ndicka o Laporte, pero la prioridad era Íñigo, un futbolista que encaja a los técnicos y que gusta mucho a Xavi Hernández.
'Sport' igualmente ha informado que desde los despachos del Barça le han transmitido a Íñigo que la prioridad está en fichar a un delantero y un lateral diestro, pero que su ficha entra dentro de la planificación deportiva y económica del proyecto deportivo. El Barça trabaja con una lista de altas y bajas cerradas y confía en que todo cuadre para inscribir al menos a tres fichajes, y algunas renovaciones.
Una operación que no resultó como esperaban
Iñigo, que estuvo dos meses de baja a inicios de año por una fascitis plantar, sigue siendo titular para Ernesto Valverde en un Athletic en el que llegó en enero de 2018 por 32 millones de euros procedente de la Real Sociedad, precisamente como relevo de Laporte. Se comprometió por cinco años con una cláusula de rescisión de 80 millones, que finalmente no fue ejecutada por ningún club.