Todo parece en contra de un Barcelona que sigue navegando con la amenaza de hundirse, en una Liga que sigue teniendo complicada por la distancia que le separa del Atlético de Madrid y del Real Madrid, ambos graduados nuevamente como candidatos al título tras un diciembre positivo.
El irregular rendimiento de los culés estaría entre las cuentas que engloban una transición, la cual comanda Ronald Koeman desde el pasado verano. Sin embargo, a los cambios naturales por la llegada de un nuevo técnico, se han sumado las lesiones que han mermado el ataque catalán, al punto de que las palabras de Rudi García, entrenador del Olympique de Lyon, sobre Memphis Depay, han caído como un bloque de plomo en la ciudad condal.
"No creo que se vaya, estoy tranquilo. Cuando uno tiene un contrato tienes que respetarlo. No hay ningún problema", fueron las palabras de Rudi García en una reciente rueda de prensa. La urgencia del Barça pasa por las bajas de Ansu Fati, quien no regresará hasta mediados de febrero -incluso se ha planteado hacerlo para los 8vos de final de la Champions ante el PSG- y del brasileño Philippe Coutinho, quien ha dicho adiós por lo que resta de enero y febrero, puesto que su reaparición sería mínimo durante marzo.
Como consecuencia, Koeman dispone de seis delanteros para cuatro posiciones: Dembélé, Messi, Griezmann, Braithwaite, Pedri y Trincao. Pese a que los dos últimos tienen un gran talento -Pedri ya lo está explotando-, ambos son muy jóvenes para asumir un tramo que pinta muy cuesta arriba tanto en el campeonato doméstico como en la máxima competición europea.
Depay encaja perfecto
Depay, quien casi se da por perdido en el actual mercado de fichajes, encajaría perfectamente en un Barcelona que ha quedado huérfano en la banda izquierda por las bajas de Ansu y Coutinho. Además, el neerlandés tiene pólvora, cuenta con la confianza de Koeman por su rendimiento en la selección, y su actualidad con el Lyon lo avalan como una buena opción para este momento: en un total de 17 partidos lleva 8 goles y 4 asistencias.
Para sumar al paquete, sería un fichaje barato, ya que podría costar entre 3 o 4 millones de euros, cifra que el club francés aceptaría, ya que queda libre a final de temporada. Un ofertón en medio de los apuros económicos que afronta el Barcelona en la actualidad. Pero el Lyon, club que lidera la Ligue 1 de Francia con 36 puntos por encima del siempre ultra favorito PSG, buscaría convencer al delantero para que se despida esta temporada con un título bajo el brazo, una intención que según el entorno del jugador también avalaría.