El FC Barcelona tendría a Hansi Flick como gran prioridad en caso de que, finalmente, Xavi Hernández sea destituido. No hay nada definido en los despachos de Joan Laporta y compañía, pero las últimas informaciones sugieren que el entrenador alemán ha transmitido directamente a los culés su intención de esperarles y ver si puede llevar la batuta del equipo, en principio, durante la próxima temporada.
El técnico de 59 años es muy recordado por los seis títulos que ganó, en un año, con el Bayern de Múnich. Se convirtió en el sustituto de Niko Kovac en el mes de noviembre del curso 2019-2020 y firmó un arranque sensacional, llevándose todos los títulos que estaban en el camino: Bundesliga, DFB Pokal, Champions League (con el 2-8 al Barça), Supercopa de Alemania y Europa, además del Mundial de Clubes. Rompió todos los esquemas en la que era su primera gran oportunidad como primer entrenador en la élite (antes había estado en el Victoria Bammental y Hoffenheim), además de ser el asistente de Joachime Löw y desempeñarse en diversos cargos importantes en la federación teutona.
La pizarra de Hansi Flick
Especialmente en el Allianz Arena, entre 2019 y 2021, demostró ser un entrenador sin miedo a arriesgarse y que apuesta por explotar al máximo el talento de sus jugadores. En la temporada en la que se convirtió en el relevo de Kovac, había heredado una de las mejores plantillas de Europa y fue capaz de mejorar la versión de sus futbolistas. El Bayern se posicionaba con un 4-3-3 y, sobre todo, 4-2-3-1 con muchas variaciones y cambios de roles de los futbolistas para 'provocar' que en determinados momentos el equipo atacase con hasta siete piezas.
Fue cuando David Alaba, ahora en el Real Madrid, se asentó como central y Alphonso Davies se 'quedó' como lateral izquierdo. Ambos fueron jugadores clave para el plan de un Flick que, con Benjamin Pavard en la derecha, apostó por jugar con dos laterales ultraofensivos, con Kimmich y Thiago en el doble pivote (con el teutón 'colándose' en la parte más baja del campo) y Alcántara asociándose con los jugadores más adelantados. Con los dos laterales 'fortalecía' al centro del campo y liberaba a jugadores como Thomas Müller, Serge Gnabry, Kingsley Coman y, sobre todo, un Robert Lewandowski se infló en goles durante su etapa.
La fase ofensiva fue el gran punto fuerte de los muniqueses bajo las órdenes de Flick, sin lugar a dudas. Los balones en largo, combinaciones entre extremos y laterales, el intercambio de posiciones y la solvencia que mostró Lewandoski superando a los centrales rivales y apareciendo por los pasillos internos, sobre todo en la izquierda fueron algunos de los factores clave. Müller asumió incluso más galones en el equipo y solía posicionarse por detrás del delantero, moviéndose constantemente para triangular, sobre todo con Pavard y luego 'Lewy' y ofrecer facilidades. Fue una línea con mucha movilidad y que rindió casi por inercia.
Soluciones en defensa
Además de ser una 'bala' a nivel ofensivo, el Bayern de Flick dio muchas solvencias en la zona baja, potenciados por la presión incesante y la ocupación de los espacios. Fue un efecto dominó: los atacantes intentaban ocupar el ancho del campo, para evitar que su rival fuese capaz de superar la que era la primera línea de presión y ofrecer suficiente tiempo para que los laterales y Thiago, como pivote, cubrieran los pasillos internos, prácticamente 'forzando' a los cambios de juego y ganando, constantemente, los duelos individuales.