Hace tiempo que el FC Barcelona tiene claro que su lateral derecho tiene nombre y apellidos: Héctor Bellerín. Un hombre de la casa, con un futuro portentoso y una calidad que le hace apto para el club azulgrana. No obstante, la negativa del Arsenal a desprenderse de él hace que su llegada pueda dilatarse más de la cuenta.
Eso sí, el lateral de Calella puede seguir soñando con ser el último hijo pródigo salido del Barça que vuelve a casa para triunfar. Ejemplos los tiene de todos los tipos pero si se centra sólo en los positivos, Gerard Piqué o Jordi Alba pueden marcarle la llegada al estrellato vestido de azulgrana.
Gerard Piqué y Jordi Alba, la cara de los regresos
Y es que los dos defensores están triunfando en el club de sus amores en la actualidad. Primero llegó Gerard, que había salido igual que Héctor rumbo a Inglaterra en etapa todavía formativa. Fue el Manchester United quien le llamó, el que le acabó de forjar y de donde salió por un auténtico chollo.
Pues Guardiola pidió su vuelta y esta se produjo por cinco millones de euros, una cantidad ya por aquel entonces muy baja visto el rendimiento que había dado en el fútbol inglés. A pesar de tener a dos colosos en el centro de la zaga como era Rio Ferdinand y Nema Vidic, "Piquenbauer" había conseguido la titularidad y levantar la Premier League con el equipo de Alex Ferguson. Desde que volvió, nueve temporada consecutivas como titular indiscutible para ganar todos los títulos posibles con club y selección.
Por su parte, el caso de Jordi Alba la historia fue diferente. El lateral zurdo entró de muy joven en La Masia, donde no acabó de destacar y algún que otro técnico todavía se estará tirando de los pelos al ver qué jugador dejó escapar. Se fue el Cornellà, equipo que cobró seis mil euros del Valencia para venderlo. Allí explotó después de un curso cedido al Gimnàstic de Tarragona. Paso de extremo zurdo a lateral y los blaugranas lo reclamaron en 2012, previo pago de catorce millones más que rentabilizados.
Gerard López y Cesc Fàbregas, la cruz de las vueltas
En el otro lado de la moneda se encuentran dos nombre propios que asumieron su vuelta al equipo por importantes cantidades en su momento. El primero fue un Gerard que se fue bien joven al Valencia, llegando a debutar con diecisiete años y de la mano de Jorge Valdano. Su fichaje por el Barça se cerró por 3.400 millones de las antiguas pesetas, cantidad considerable y que vendrían a ser más de 20 millones de euros. Su rendimiento nunca fue el esperado.
Caso a parte fue el de Cesc Fàbregas, cuya historia de amor no acabó como todo el mundo esperaba. Su regreso se quería desde hacia ya varios años, cuando había comenzado a despuntar en el Arsenal que se lo llevó en edad de cadetes. Allí se convirtió en titular, sustituto de Patrick Vieira y capitán "gunner". Guardiola lo trajo por 34 millones de euros y a pesar de un gran inicio, siempre acababa "pinchando" a partir del mes de febrero. Tampoco le ayudó la convulsa situación que vivió el club tras el fallecimiento de Tito Vilanova y el desmadre con el "Tata" Martino. Se fue el año que llegó Luis Enrique rumbo al Chelsea.