En las últimas horas, Joan Laporta ha vuelto a recuperar su optimismo habitual con la llegada de Hansi Flick. Pero 'Sport' asegura que el presidente del FC Barcelona se ha mantenido afectado por haber sido el máximo responsable de lo ocurrido en los últimos días con la salida de Xavi Hernández, algo que ha provocado que deje clara su autocrítica, una que además le ha constado a todo su entorno.

El máximo mandatario culé entiende que la imagen del club se ha visto resentida durante el último mes, pesando además en cierta forma de remordimiento. La información señala que Laporta entiende que ha gestionado de forma deficiente la salida de Xavi y se ha decepcionado a sí mismo por ello, pero entiende que todo está muy fresco ahora mismo y que debe dejar que todo pueda enfriarse con el paso de las semanas.

Joan Laporta vivió un auténtico calvario con el despido de Xavi

Todo aquello terminó coincidiendo con la consagración del Barça Femení en la Champions League, algo que el presidente quería evitar en todo momento. Es por ello que en la celebración de Bilbao, el abogado catalán ya admitió entre líneas que las formas del 'caso Xavi' no habían sido las mejores. "Ser presidente del Barça es muy, muy, muy difícil" fue su frase que muchos interpretaron como una muestra de culpabilidad ya que Laporta dejó ver a su entorno que el trato al egarense había terminado por ser injusto e inmerecido, sobre todo por las formas.

Laporta tomó una decisión que parecía que no quería tomar, pero las dudas dieron un salto de nivel tras la rueda de prensa de Xavi en la previa del partido ante el Almería. El egarense tuvo un discurso realista que para el presidente fueron más una postura derrotista del entrenador que no había mostrado la tarde que fue ratificado, por lo que a partir de allí pareció no haber vuelta atrás.

El hecho de que Xavi sea una leyenda del club llevó a Laporta a darle muchas vueltas a la situación queriendo no precipitarse y tener un tiempo de reflexión, pero finalmente no hubo cambio de postura. Un encuentro entre ambos en el hospital, donde Laporta estuvo ingresado por una neumonía, y ya allí el presidente le dejó caer al míster que estudiaba cesarlo, una situación que continuó pensando por los siguientes días hasta que llegó aquel viernes 24 de abril.