La dirección deportiva del FC Barcelona aún no se ha movido en cuanto a fichajes se refiere, por lo que Hansi Flick se encontrará este miércoles con un grupo reducido de jugadores del primer equipo y sabiendo además que la situación parece que irá más en dirección de fichar a Nico Williams y poco más. Y es que los planes de fichajes están supeditado a entrar en la regla 1/1, un nuevo escenario que se no es ni mucho menos imposible, como dejó claro el presidente Joan Laporta este lunes, pero que sí necesita toda la ayuda posible.
Y una de esas 'palancas' era la posibilidad de hacer una o dos ventas importantes este verano, con varios nombres sobre la mesa como posibles alternativas, cada uno por distintas razones e importancia. Dos de ellos, y quizás los principales, junto a Raphinha, son -o eran- Ronald Araújo y Frenkie de Jong. Ambos jugadores terminan contrato en 2026 y ambas partes no están nada encaminadas a firmar una renovación, por lo que la mejor opción parecía una venta este verano.
El Barça se ha encontrado con dos grandes problemas
El caso del central era una opción ideal porque es un jugador que ya está amortizado y la venta supondría ganancias netas, sumado a que hay muchos centrales en la plantilla, y además, tiene clubes interesados como es el caso de Bayern de Múnich o del Manchester United. El Barça consideraba sacar unos 90 millones por la venta de Araújo, pero su más reciente muscular, que le hará perderse el inicio de la temporada con el Barça, lo ha dejado 'KO' también en el mercado.
El central suma un nuevo problema de lesión a un historial que comenzó a ampliarse desde 2021 y que cada tanto le deja en la enfermería por varias semanas, casi siempre. Queda claro que sus lesiones no le anulan su talento y si algún club quiere apostar por él lo hará, pero difícilmente ya será este verano y por la cantidad de dinero que pretendía el Barça, una situación idéntica a la que pasa con Frenkie de Jong.
El futuro de Frenkie no es demasiado ilusionante para que acabe saliendo
Como el uruguayo, el centrocampista tiene dos años más de contrato, lo que significa que los culés tendrán su último gran margen para negociar este verano, entendiendo que si no hay renovación ya el siguiente año habría ofertas a la baja. Es por ello que la entidad lo ponía sobre la mesa como una opción para ingresar unos 60 o 70 millones de euros, pero su segunda lesión de tobillo del curso fue más grave de lo pensado y ahora mismo no tiene una hoja de ruta clara para volver a estar al 100%.
No es un secreto para nadie que el neerlandés tiene un salario alto y que tiene una tensa relación con la secretaría técnica porque sabe que ha sido ofrecido en otros mercados, sumando además que gran parte de la afición y del club cree que su rendimiento no ha acabado de explotar al nivel que se esperaba. Todo ello colaboraba para un nuevo 'culebrón' de verano, pero sin terminar bien la temporada, sin Eurocopa y sin comenzar bien la pretemporada, su mercado es prácticamente inexistente desde ahora y hasta el último día del próximo mes de agosto.