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Leo Messi y Neymar en un partido del Barça en LaLiga

UN APOYO PARA MESSI

Lo que Neymar podría aportar al Barça 2020-21

Publicación:9/04/2020 - 01:21h

Actualización:9/04/2020 - 08:35h

Neymar es uno de los grandes objetivos del Barça, y aunque será difícil, hay motivos de sobra para llevarle de nuevo al Camp Nou. Esto es lo que podría aportar el brasileño al equipo 2020-21

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El FC Barcelona reformará su plantilla en el verano de 2020, y uno de sus grandes objetivos es Neymar. Los catalanes desean poner fin, de una vez por todas, a las dudas que agobian a su delantera, que cojea, precisamente, desde que el joven se fugó al PSG en 2017. Traerle de vuelta no será una cuestión sencilla, pero si se ponen por encima las razones futbolísticas, es evidente que la suya es una incorporación necesaria.

El principal argumento para recuperar al brasileño es su última versión en el Camp Nou, la que estaba destinada a suceder a Leo Messi. Algunos justificaron que se marchara para comprobar si su calidad la potenciaba el argentino o él mismo era capaz de liderar a un grande, pero lo cierto es que estaba claro que su sociedad era letal y que, si el de Rosario necesitaba descargar presión, había otro dispuesto a llevar la batuta.

El perfil completo que ofrece el de Sao Paulo es lo que le convierte en un apoyo ideal para el capitán en varios escenarios. El todavía atacante 'bleu' es capaz de romper defensas abiertas y también cerradas, una cualidad en la que el canterano está echando en falta alguien que le ayude. Los culés han aprendido a usar el contraataque como arma, pero lo habitual es que los adversarios les esperen atrás o les presionen fuerte para dejarles sin espacios. Y ahí, ya sea gracias a su desborde o a su visión de juego, el ex del Santos marca diferencias.

Tácticamente, los azulgrana serían mucho más difíciles de contener con otro delantero creativo a la par que vertical y eficaz. Luis Suárez es un experto en abrir huecos para sus compañeros y en rematar jugadas, pero si sólo genera el '10', el juego es demasiado previsible. Recuperar el tridente daría más alternativas y preocuparía más a los oponentes, que tendrían un dolor de cabeza tras otro tapando a dos estrellas que pueden encarar, pasar, regatear o disparar en cualquier momento.

El carácter ambicioso de Neymar va acompañado de un aval estadístico que hay que tener en cuenta. Por sensaciones, ya es una contratación prometedora, pero por números, lo es todavía más. En busca de su mejor nivel y dosificándose para evitar más problemas físicos, este año acumula 18 goles y 10 asistencias en 22 partidos en todas las competiciones. Al Barça le vendría de lujo que, más allá de Leo y Luis, hubiera alguien capaz de asumir responsabilidades y de aportar una cuota numérica de las que definen partidos, temporadas y títulos.

El mayor problema de Philippe Coutinho, Ousmane Dembélé o Antoine Griezmann es que 'Ney' aúna todo lo que ellos tienen. La chispa y alegría que el carioca exhibió en sus primeros días como barcelonista, la velocidad y descaro que caracterizan al francés cuando logra tener confianza en sus cualidades y su físico, y la letalidad de un francés que cumple como nadie pero no se siente cómo de azulgrana. Todos ellos llegaron detras como grandes estrellas, pero ninguno ha logrado acercarse a lo que el paulista fue y es en LaLiga o la Ligue 1.

Neymar no debería acomodarse en el Barça

Aunque ya sabe lo que es triunfar y Neymar encajaría en el Barça 2020-21, si llega, su peor error sería acomodarse, porque la exigencia no bajará al encontrarse en un entorno conocido y de calidad, más bien lo contrario. Si se confirma la ansiada operación retorno, el examen va a ser constante, tanto en lo personal, donde se verá obligado a poner orden en una vida extradeportiva quizá demasiado agitada, como en lo futbolístico, donde se le exigirá que se cuide, que su preparación sea clave para evitar los problemas físicos y que rinda igual o mejor que antes.

El barcelonista desea que vuelva aquel extremo que le hizo soñar, con hambre, garra y fútbol a raudales. De nada serviría invertir más de 100 millones de euros si el jugador no está dispuesto a superarse y si el club no le da las armas para hacerlo. Messi lleva tiempo advirtiendo que desea un proyecto competitivo, y eso, como siempre señala un Suárez que predica con el ejemplo, no sólo se consigue con nombres, sino dándolo todo y atinando con el balón cuando todos están sobre el terreno de juego. La teoría parece sencilla, pero no lo será tanto la práctica.