Cada vez que juega el PSG hay un giro de tuerca en la historia de Mbappé, que un día manda un mensaje en clave merengue y al otro parece estar dudando para quedarse en París, una postura que incomoda e impacienta en muchos sectores, sobre todo el francés, que puede ver como se devuelve la bofetada moral que dio en verano al no dejar salir al jugador.
El Real Madrid sigue en la apuesta que lleva, la de esperar cada momento para dar un paso como lo hizo en verano, cuando puso tres ofertas en la mesa comenzando en 160 millones de euros que no se pueden olvidar, porque ese precio por un jugador que puede firmar gratis en enero, es un verdadero escándalo.
Y esa es la segunda, la de enero. Con Benzema atornillado en la delantera y Vinicius destruyendo la banda se sabe que el puesto de Mbappé está más que asegurado por el otro carril y el primer mes de 2022 apunta gratis y brillante para el Real Madrid, que podría tener algo adelantado con el padre del jugador para firmarlo y anunciarlo meses después.
Pero el PSG no se queda de brazos cruzados y también apunta a dos fórmulas con su mejor jugador en la actualidad por encima de Neymar y Messi, uno que arrancó flojo y el otro que apenas se adapta. En ambas opciones, el club parisino recibiría una cantidad de dinero considerable por el futbolista.
La primera pasa por renovarlo una temporada, que permitiría ver al francés como jugador del PSG en medio del mundial de Catar, cerca de invierno en el 2022 y solo unos meses antes de que nuevamente quede libre para firmar con cualquier otro club, que seguiría siendo el Real Madrid a toda luz.
En otra carpeta está también una renovación pero de dos años, asegurando también que tendrá la camiseta del PSG en medio del mundial de Catar y al mismo tiempo asegurarse recibir una suma de dinero por la transferencia del jugador, algo que parecía no importarle pero finalmente parece haber recapacitado en esto del fútbol, un mundo nuevo para los hombres de negocio.
Muchas dudas
Ya se activó un contrato con acuerdo verbal para salir al final del mismo, pero lo irrespetó el PSG, situación que se reforzó con la petición de salida que hizo el jugador en julio para que el equipo francés le dejara marchar. Haber ignorado las dos últimas ofertas hicieron daño en Mbappé que poco parece escuchar a su entorno y parece más decidido a guardar silencio que a reunirse con ningún otro club.