Nico González ya es nuevo jugador del Oporto, después de un acuerdo alcanzado con el FC Barcelona para su traspaso por 8,5 millones de euros. En la Ciudad Condal se reservan el 40% de una futura venta y, además, han concretado una opción de recompra que ronda los 30 'kilos'. El centrocampista, que en la temporada pasada se había marchado cedido al Valencia, jugará en Portugal para continuar desarrollándose como futbolista tras un paso -muy- accidentado en el primer equipo azulgrana. Es un nuevo caso de jugadores formados en La Masia que apuntan a 'estrellas'... y terminan saliendo por la puerta trasera.
Desde que apareció en dinámica del Barça en la pretemporada del 2020, con Ronald Koeman en el banquillo y al mismo tiempo que Gavi, Nico había confirmado su candidatura para convertirse en el relevo natural de Sergio Busquets en el pivote. Sus primeros meses fueron positivos y tuvo la regularidad necesaria para que el club decidiese ascenderle al primer equipo de manera definitiva. Sin embargo, con la llegada de Xavi Hernández al banquillo y una serie de cambios en el planteamiento, el de La Coruña acabó como un 'fijo' en el banquillo.
Xavi nunca vio a Nico como pivote
Su cesión al Valencia en 2022 no resultó una sorpresa, porque sabía que no iba a tener continuidad en el equipo. El área deportiva lo valoraba positivamente, pero no terminaban de verle el perfil idóneo para ser el nuevo '5' o, en tal caso, rotar con Busquets en el curso pasado. Necesitaba tiempo y paciencia para pulirse y en el Barça no lo tenían, descartando también la posibilidad de verle como interior porque, allí, no rendía como el resto de jugadores. Este año la situación fue prácticamente idéntica y se llegó a un acuerdo para que juegue en Oporto, donde se especializan en la formación de futbolista. Por si acaso, se han reservado una opción de recompra de 30 millones que solo podría activarse antes del 2025.
Nico no pudo asentarse, tal vez por falta de oportunidades, pero lo cierto es que se convierte en el enésimo caso de jugadores de La Masia que, a la hora de subir al primer equipo, no logran mantenerse. Y es que solo hay que ver los casos recientes de jugadores que estaban llamados a ser estrellas del equipo y que tenían bien 'aprendida' la filosofía azulgrana para triunfar y que se han marchado, siempre por la puerta de atrás. Álex Collado, Carles Pérez, Riqui Puig, Oscar Mingueza, Iliax Moriba, entre otros, han sido claros ejemplos.
¿Mal rendimiento o mucha competencia?
Si hay algo que deja claro con este nuevo caso de Nico González es que crecer en las categorías inferiores del Barça no garantiza un puesto en el primer equipo. Hay que ganárselo y muchas veces sale 'caro' por la competencia que ya hay en la plantilla. No se trata únicamente de que falte confianza o no se quiera apostar, sino que en la necesidad de conseguir los mejores resultados, es 'complicado' darle la oportunidad a los más jóvenes. Prueba de ello es que, a día de hoy, con Xavi Hernández únicamente están de manera 'fija' Gavi, Balde y Ansu Fati, además del veterano Sergi Roberto. Cada vez es más difícil para los de La Masia.