Mikel Merino ha despuntado como el gran objetivo del FC Barceona para reforzar su centro del campo, siempre y cuando sean capaces de solucionar sus problemas con el Fair Play financiero. Según las últimas informaciones, la operación podría elevarse hasta los 25 millones de euros, pero el conjunto azulgrana tendría una vía alterna para rebajar su precio. 

Según una información del diario SPORT, el conjunto vasco ha mostrado interés por dos jugadores de la entidad azulgrana: Pablo Torre y Mika Faye. El primero regresará a la Ciudad Condal después de un 'fallido' préstamo en el Girona. No pudo asentarse y pasó prácticamente inadvertido en los planes de Míchel, por lo que el Barça tendrá que resolver su futuro y 'enviarle' a un equipo en el que pueda volver a mostrar el talento que maravilló en su etapa en el Racing de Santander. 

En el caso del central, reina la incertidumbre. Faye se ha convertido en uno de los defensores con mayor proyección y el reto del Barça Atlètic se le ha comenzado a quedar muy pequeño. Está preparado para dar el 'salto' a un equipo de Primera División, pero en el club no han tomado la decisión definitiva sobre su futuro y prefieren esperar hasta la pretemporada. Le probarán y Hansi Flick definirá si se quedará en el primer equipo, aunque, a priori, parece una posibilidad complicada ante la gran competencia que existe en el eje de la zaga defensiva. El jugador priorizaría quedarse. 

La 'oportunidad' para el Barça

Lo cierto es que ambos futbolistas se mantienen en la agenda de los vascos y, en tal caso de que el Barça se decida finalmente a apostar por el traspaso de Merino para reforzar el centro del campo, podría incluir a alguno de los dos futbolistas para rebajar el precio de venta que, como mencionábamos antes, podría ascender a los 25 millones de euros. Sería una alternativa más que positiva para los culés, pero no se resolverá tan pronto como quisieran. 

En cualquier caso, todos los movimientos en la Ciudad Condal están a la espera del Fair Play financiero. Los azulgrana tienen que hacer las labores para cumplir con los parámetros del control financiero y definir si estarán en condiciones de reforzarse e inscribir a dichos futbolistas. Por ello, el caso de Merino (y lo que pueda pasar con Torre o Faye) apunta a resolverse durante el mes de julio, incluso después de la disputa de la Eurocopa.