El Paris Saint-Germain entró al presente mercado de verano con la preocupación de tener que reemplazar a Leo Messi después que el argentino se negara a renovar su contrato de dos temporadas con el conjunto parisino. Sin embargo, la suerte o el destino terminó llevando a Nasser Al-Khelaifi por un camino muy distinto al que inicialmente había planificado.
Primero, los galos se quedaron sin la posibilidad de 'deshacerse' del enorme contrato de Neymar, quien intentó un regreso al FC Barcelona o un cambio de aires a la Premier League, sin demasiados avances. Poco tiempo después los problemas del PSG seguirían con dirección a España cuando Kylian Mbappé hizo oficial su deseo de no renovar y cumplir únicamente su último año de contrato con la entidad, provocando un nuevo 'culebrón' a su alrededor durante un mercado veraniego.
Madrid y Barcelona, dos ciudades que han complicado al PSG
Esa situación, de forma automática, puso al empresario de Qatar en una posición de 'guerra' con el Real Madrid, al entender que el futbolista galo podría marcharse en 2024 con su carta de libertad y fichar por el Madrid sin ningún tiempo de beneficio para la entidad parisina, y tras una fortuna invertida en Mbappé en concepto de ficha y bonus. Así, en París decidieron colocar públicamente en venta a su goleador y asegurar que no se marcharía libre del club bajo ninguna circunstancia.
Bajo ese contexto ha avanzado el mes de julio para el PSG y nuevamente ha terminado 'enfrentado' con otro club español, en este caso el Barça. La entidad azulgrana, mejorando cada vez más en su proyecto deportivo y en su economía, se convirtió en el objetivo de los franceses para reforzar su plantilla con el nombre de Ousmane Dembélé, precisamente pensando en que Mbappé no seguirá vistiendo los colores parisinos.
Dinero y más dinero para intentar tapas los fracasos parisinos en Europa
Con esa estrategia de Al-Khelaifi, el PSG se ha quedado en un nuevo enfrentamiento directo con los dos equipos más importantes de LaLiga, aunque en dos escenarios muy distintos. En cuanto a los culés, han aprovechado su superioridad económica gracias al respaldo de Qatar para convencer a Dembélé con un contrato de 20 'kilos' anuales y cinco años de duración, mientras que con el Madrid intentan mantenerse firmes en no aceptar una oferta a la baja por su mejor jugador.