El futuro de Sergi Roberto dentro del Barcelona continúa siendo una incógnita. Por una parte, el club contempla su renovación pero muy a la baja, pasando su propuesta de dos temporadas a una pero con la opción a seguir otro curso en base a su rendimiento, algo que el futbolista no quiere contemplar. Sumado a ello, su ficha pendiente y sus emolumentos anuales también se verían afectados, ya que el Barça quiere que sean aún más reducidos sin importar que en 2021 ya fueron rebajados.
Es por ello que las posturas entre ambas partes estarían sumamente distanciadas, y al día de hoy, no existiría ninguna reunión pautada para conversar sobre su situación. El centrocampista se ha comunicado con su entorno y ha evaluado las condiciones azulgrana, pero ha pasado de ella dejando todo en manos de sus representantes porque quiere hacer foco en su recuperación y volver estar disponible para Xavi Hernández.
Con 30 años, el mediocentro ha estado de baja desde el pasado mes de octubre y apenas está volviendo a la dinámica del primer equipo. Sin embargo, según apunta 'Mundo Deportivo', su sensación es pesimista e intuye que, en caso de que sus agentes no puedan dar un giro a su situación con la directiva del Barça, deberá optar por abandonar el club en verano y aceptar una de las ofertas que tiene sobre su mesa.
Opiniones encontradas
El de Reus cuenta con el respaldo del entrenador, quien ha dejado claro en varias oportunidades que quiere tenerle dentro de la plantilla y que la entidad debería trabajar en renovarle. Joan Laporta, presidente del Barcelona, también sostiene que lo mejor para ambas partes es que continúe, por su trayectoria de más de 16 años dentro de la institución y su actitud siempre en favor del escudo.
No obstante, el director de fútbol Mateu Alemany no piensa de la misma manera. Para el ejecutivo, su salida debe ser inminente debido al peso que tiene su ficha en la masa salarial, más con los nuevos parámetros financieros que manejan en las arcas del Camp Nou. De momento, todo indica que Sergi estará en la rampa de salida en la próxima ventana de traspasos, y solo un vuelco total en sus pretensiones harían la diferencia.