Si algo tiene la élite del fútbol mundial es que necesitas dar resultados de manera casi inmediata para poder mantenerte en ella. Este escenario lo conoce muy bien un Ferran Torres que aunque tuvo actuaciones positivas durante su paso por el Manchester City, nunca pudo asentarse en el once titular de Pep Guardiola y el catalán terminó aceptando su salida sin demasiados inconvenientes al FC Barcelona.
Poco más de un año después de que aterrizara en el Camp Nou, el extremo se encuentra en una situación casi idéntica a la que tuvo en Inglaterra durante el invierno de 2022. Los culés hicieron una inversión de 55 millones de euros y tras casi una temporada y media no ha terminado de ser un jugador determinante y ha perdido galones ante la llegada de Raphinha, la evolución de Dembélé y el cambio de sistema ejecutado por Xavi Hernández.
No sobran las oportunidades
Junto a Ansu Fati, se ha visto relegado al banquillo en muchas noches importantes, y cuando ha tenido la oportunidad, como ante el Valencia o el Athletic Club en los últimos dos duelos de liga, no sólo no ha estado a la altura de las expectativas, sino que incluso ha protagonizado momentos negativos. El principal en ese aspecto fue el penalti fallado ante su otro ex equipo, en el que aprovechó la ausencia de Lewandowski para ser el tirado designado y no pudo ampliar la ventaja del Barça en aquel choque.
En este 2023 el atacante había revelado que está trabajando de la mano de un psicólogo para mejorar en su rendimiento dentro del campo, enfocándose en ser un jugador mucho más extremo asistente, y olvidarse un poco de su "obsesión por el gol". Sin embargo, Joan Laporta confirmó la pasada semana que el club intentará fichar a un nuevo delantero y para ello uno de los que está en plantilla deberá salir, y el valenciano parece el señalado.
Sus recientes imágenes sobre el campo y la necesidad del Barça de ingresar dinero para seguir reforzándose, le llevan a estar en la rampa de salida de cara al verano, más allá de que su cambio de aires tampoco esté asegurado. El club azulgrana debe saber que a pesar de sus 23 años y una Copa del Mundo en su hoja de vida, no podrá recuperar la inversión que hizo por él hace poco más de un año, por lo que una cifra entre los 25 y 35 millones de euros, con variables incluidas, parece una opción real.
Su juventud abre varios posibles destinos
La actualidad del mercado y la experiencia del jugador en Inglaterra, hace que la Premier League sea el candidato ideal con el que Mateu Alemany debe trabajar para encontrar un comprador que esté dispuesto a hacer un fichaje, o no sólo pedir una cesión por una temporada. Clubes como el Newcastle, el Arsenal, el Nottingham Forest o los Wolves son escenarios donde un extremo, que también puede ser centrodelantero, ingresaría muy bien a sus respectivos proyectos.
Ya con mucho menos poder económico o capacidad de asegurarle minutos a Ferran, por lo que debería ser una apuesta de algún entrenador, equipos como el PSG, el Napoli, el Milan o el Borussia Dortmund podrían mirar la opción de un futbolista que les ofrece proyección. Pero sí que tiene una experiencia en la élite que ya llega a prácticamente 5 años desde que se consolidó en Primera División con el Valencia.