Pese a las trabas, la operación para intercambiar a Antoine Griezmann y Saúl Ñíguez luce como una de las vías más favorables para el FC Barcelona y el Atlético de Madrid, que quieren incorporar efectivos, aunque ninguno de los dos esté muy holgado en el apartado financiero.
Saúl no se cierra a la idea de vestir la camiseta azulgrana, mientras que ‘El Principito’ desea volver al club que dirige Diego Simeone. No obstante, no es la primera vez que se habla de la llegada del centrocampista al Barça, toda vez que en 2017 la operación pudo efectivamente materializarse.
Con el traspaso de David Villa al conjunto rojiblanco, el Barça recibió una opción de tanteo sobre Saúl Ñíguez, quien para entonces había comenzado a contar con la confianza del ‘Cholo’. Además, su gol en las semis de Champions ante el Bayern en 2016 puso su nombre en la opinión pública.
Para entonces, la entidad madrileña no le tenía del todo asegurado y contaba con una cláusula de rescisión por 45 millones de euros. Desde la Ciudad Condal eran muy conscientes de ello y en caso de recibir otra oferta, el Barcelona tendría prioridad si la igualaba.
¿Qué le salió mal al Barça?
No obstante, según dio a conocer Miguel Ángel Gil Marín, la oferta del club catalán llegó tres días tarde: “El presidente Bartomeu me llamó para decirme que buscaban un jugador con las características de Saúl y que pensaban pagar su cláusula. Lo que él no sabía, era que tres días antes habíamos firmado un nuevo contrato con Saúl y que su cláusula había pasado de 80 a 150 millones”.