Puede que se trate de una estratagema por parte del FC Barcelona para tratar de presionar a los clubes compradores para dejar algo de dinero en caja, pero el mero hecho de pensar que Thomas Vermaelen puede formar parte del Barça 2017-2018 ha hecho a muchos culés asustarse. Y es que a diferencia del rendimiento de Marlon Santos, a caballo entre el filial y el primer equipo a un gran nivel, el belga ha estado desaparecido.
Pues sus números y estadísticas durante esta temporada han sido realmente ridículo. Tanto que a nadie de la secretaría técnica blaugrana se les habría ocurrido pensar en recuperarle como cuarto central, pues sería como no contar con nadie y pagar por ello, visto lo visto.
Pues si parecía que cambiar de aires le podía venir bien a Thomas Vermaelen, pero nada de eso. El central internacional con Bélgica salió rumbo a la AS Roma y si bien su debut fue bastante escandaloso, al ser expulsado por doble amonestación en la fase previa de la Champions League ante el Oporto, dejaba destellos esperanzadores y muestras de que su entrenador confiaba en él.
Se perdió la vuelta ante los portugueses pero fue titular en los dos primeros encuentros de la Serie A ante Udinese y Cagliari... Y poco más. Sin noticias del zaguero durante lo que restaba de curso, a excepción de algunos minutos y partidos de "poca monta". Las lesiones volvieron a crucificarle.
Vermaelen, 620 minutos con la Roma en toda la temporada
Por todo ello el club romano no tardaba en confirmar que lo devolvía al Barça tras haber disputado, intermitentemente, un total de doce partidos (siete como titular). Con 620 minutos a sus espaldas, el holandés sigue con su pesadilla.
Con un contrato hasta 2019 y un valor de mercado de cuatro millones, según Transfermarkt, el Barça buscará "colocarlo" en algún equipo. El Besiktas le quiere y podría ofrecer hasta cinco millones de euros por sus servicios. Otras "novias" de la Premier podrían apostar por él, pero el que seguro no debe hacerlo es el Barça. Pues dejarlo en el plantel sería cerrar la puerta a jóvenes talentos del equipo que, visto las últimas desbandadas, no debe hacerse.