La palabra 'caos', tal vez, se queda muy corta para definir lo que han sido las últimas 48 horas, o poco más, en el FC Barcelona. El club está viviendo un auténtico incendio que puede provocar, entre otras cosas, la destitución de Xavi Hernández como entrenador del primer equipo tan solo tres semanas después de que fuese ratificado por Joan Laporta. Él, en rueda de prensa, confirmó que había confianza absoluta en él y que, por ello, en principio iba a seguir al mando un año más, hasta el 30 de junio de 2025.
La historia ha cambiado radicalmente, pero al contrario de lo que se pensaba, no ha sido de la noche a la mañana. Para entenderlo, hay que ir paso a paso. El punto de arranque es el 24 de abril, cuando, después de una reunión en el domicilio del presidente, se determinó que Xavi seguiria al mando del equipo. Un día después, ambos comparecieron ante los medios de comunicación. En concreto, Laporta señaló que "este proyecto lo entiendo con Xavi de entrenador. Esto siempre ha sido un acto coherente. Así se lo dije: no buscaremos entrenador hasta final de temporada a la espera de ver cómo terminaba. Y no se lo decía, pero también a la espera de cómo se sentía él. Xavi ha adquirido mucha experiencia este año. Todo cambia, todo evoluciona. Y de este año, tenemos que sacar conclusiones positivas, que hay muchas".
"Este proyecto lo entiendo con Xavi de entrenador. Esto siempre ha sido un acto coherente"
Entonces, ¿qué ha pasado para que, en tres semanas, el máximo mandatario azulgrana esté valorando seriamente la posibilidad de destituir a Xavi? Ha sido la gran pregunta de millón y son muchos los factores que habrían influido. El más llamativo ha sido su discurso en la previa del Almería-Barça, en el que señaló que no estaban en condiciones de competir a nivel económico con otros clubes. Una nueva manera de pronunciar el tan famoso "esto es lo que hay" de Ronald Koeman en septiembre de 2021.
Las declaraciones que desataron la crisis en el Barça
Las declaraciones de Xavi fueron un 'baño' de realidad que no sentó bien en la directiva. En concreto, decía que "El aficionado culé debe entender que la situación económica no tiene nada que ver con la que había 25 años atrás. La situación es difícil y complicada. Antes el entrenador decía: quiero fichar a este, este y este... Ahora no es así. No estamos en la situación de otros clubs con mejor situación económica. No son las mismas condiciones de otros, que tienen otro fair play o situación. Como el Real Madrid y otros equipos europeos. El barcelonista lo tiene que entender. Eso no significa que no compitamos o queramos luchar por los títulos. Necesitamos tiempo. Hay cosas buenas para competir".
Más allá de tener razón o no, lo que se presume que no ha gustado a Laporta es que fue un discurso contrario al que había ofrecido, en privado, durante estas últimas semanas. En la recordada cena que habían mantenido hace tres semanas, la postura era completamente distinta. Fue la gota que colmó el vaso para la directiva. Un sector, de hecho, pidió al presidente el cese inmediato de Xavi, aunque no están en condiciones de tomar la decisión tan rápido como quisieran, para bien o para mal.
Lo cierto es que, según una información de SPORT, el desconcierto de Laporta con el de Terrassa no viene de esta semana, precisamente. Desde que fue ratificado, habrían sucedido diversas situaciones que no habrían agradado al presidente; algunas directamente relacionadas con el desempeño deportivo del equipo y otras que han tenido que ver con su discurso. Ha trascendido, por ejemplo, que no le ha gustado la gestión que ha tenido con Vitor Roque tras la inversión que hizo el club para traerle desde el Paranaense.
La molestia de Laporta con Xavi llevaba varios días
Asimismo, 'Jan' se había planteado, antes, la posibilidad de cesar a Xavi de su cargo a final de temporada, sin importar si el Barça clasificaba o no a la próxima Supercopa de España. Sin embargo, querían gestionarlo de una manera distinta a cómo se ha producido ahora: La intención era mantener la fiesta en 'paz' durante los últimos compromisos de este curso y que la tensión no fuese tan notoria para, en las vacaciones, reunirse con el entrenador y definir nuevamente su futuro. En papel, era el plan más acertado.
La historia dio un giro de 180 grados y fuentes consultadas por SPORT lo atribuyen a la "emocionalidad" de un Joan Laporta que no fue capaz de disimular su mal estado de ánimo con todo lo que estaba sucediendo alrededor del egarense. El 'lío' terminó de explotar con las declaraciones en rueda de prensa y, desde entonces, las filtraciones y lluvia de informaciones no han cesado en ningún momento. Desde dentro del club hay cierta "sorpresa" por cómo se han producido los hechos en las últimas horas y, evidentemente, la preocupación es máxima por la imagen que está dejando el club.
Los 'protagonistas' de este 'lío' están a la espera de que se calmen las aguas para sentarse a hablar y definir qué pasará. Lo único que se conoce es que el presidente declinó la petición de su entrenador para mantener una reunión durante la jornada del viernes (y evitar que se extendiera el 'culebrón') y que, en cuestión de horas, tendrá que comparecer ante los medios de comunicación, en la previa de la visita del Rayo, sin tener ninguna idea de cuál será su futuro.
La economía del club también condicionará el futuro de Xavi
Otro factor que ha trascendido y que en los despachos están analizando profundamente es que la destitución del técnico no sería gratis, ni mucho menos. Ya había pasado con Ernesto Valverde, Quique Setién y Ronald Koeman, a los que hubo que pagarles una importante cantidad de dinero por despedirles cuando tenían contrato en vigor. En el caso de Xavi, la cifra ascenderá a los 20 millones de euros para él y su staff. Es un punto muy relevante, porque no es un secreto para nadie que el Barça no goza, precisamente, de la mejor situación económica en la actualidad.