Ante una situación económica crítica, las decisiones tienen que ser drásticas. El mercado de fichajes del FC Barcelona fue muy confuso, complicado, discutido y gris. El club tuvo que deshacerse de su máxima estrella, Lionel Messi, porque no había forma de hacerle un hueco en una plantilla que estaba al límite. A su vez, quedó la sensación de que la plantilla, en vez de fortalecerse, quedó mucho más debilitada y que las altas no cumplen las expectativas.
Es un mal necesario, en cualquier caso, que permite al Barça pensar en un futuro más próspero. Así como lo ha hecho el Real Madrid en los últimos años, siendo frío al tomar las decisiones y dejando escapar a varias estrellas, la entidad azulgrana se ha visto obligada a apartar el sentimentalismo y hacer verdaderos sacrificios deportivos para que el cub salga a flote a corto plazo. Sin las medidas que se han adoptado, que futbolísitcamente son demasiado discutibles, sería imposible mantener al club.
La masa salarial ha sido el mayor de los problemas que ha heredado Joan Laporta de la gestión de Josep María Bartomeu, por los altos e injustificables salarios que tenían (y tienen) muchos jugadores en el vestuario. Antes de la salida -obligatoria- de Messi, la masa salarial representaba el 110% de los ingresos previstos del club. Sin la ficha del argentino, el porcentaje pasó a ser del 95, también preocupante.
El límite que recomiendan en LaLiga es del 65%, que sería el porcentaje que tendría el Barça ahora mismo, según las cifras que han desvelado desde SER Catalunya. No obstante, en 'RAC-1' apuntan que continúa siendo muy elevada, de un 85% tras el mercado de fichajes estival. El porcentaje real se conocerá en la próxima Asamblea General del club, en la que el presidente azulgrana, Joan Laporta, tendrá que dar la cara a los socios y explicar todas las medidas adoptadas.
Con los traspasos de este verano, que han generado 86 millones de beneficios para el Barça, la situación es mucho más manejable, aunque no ideal. A eso, hay que sumarle que hasta el momento tres 'pesos pesados' han acordado una reducción salarial, siendo el caso de los capitanes Gerard Piqué, Sergio Busquets y Jordi Alba. De momento, también se está negociando con Sergi Roberto, con una renovación a la baja, Samuel Umtiti o Philippe Coutinho.
Estas medidas han permitido a la entidad catalana ahorrar, según se ha desvelado en los últimos días, hasta 140 millones de euros en masa salarial, pendientes de lo que pase con Álex Collado y con el porcentaje que el Barça dejará de pagar de la ficha de Miralem Pjanic, quien se ha marchado al Besiktas en calidad de préstamo por una temporada (los turcos pagarán 2,7 'kilos' de su ficha).
Un futuro más manejable
Ahora, aunque las sensaciones en las oficinas del Camp Nou son positivas, queda mucho trabajo por hacer para 'recuperar' la salud económica del club, que no será algo sencillo. Mateu Alemany, protagonista en la gestión de Joan Laporta, ya está trabajando en nuevas rebajas salariales, pero en el resto de jugadores serán más diferimientos de pagos por objetivos que recorte definitivo de sus sueldos, algo que 'atrasaría' los problemas y dará al club margen de acción.
Es una buena dinámica institucional para el Barça, que esperemos no tenga tanto efecto en el tema deportivo, porque si hay algo que es cierto es que la plantilla ha perdido a su gran referente y el vestuario se ha debilitado. Queda la sensación, en cualquier caso, de que las cosas se pudieron hacer mejor... Como rebajar los salarios antes de fichar (así sea por coste cero) o concretar las salidas en el comienzo del verano, con más beneficios... Pero es un paso adelante que permite a los azulgrana respirar económicamente y mirar al futuro con más optimismo.