Emili Rousaud, ex vicepresidente institucional del FC Barcelona, no presentó su dimisión en silencio, sino que quiso expresar sus motivos para marcharse e incluso acusó al club con importantes insinuaciones acerca de la gestión realizada durante el 'Barçagate'. Por ello, el club respondió negando "categóricamente cualquier acción susceptible de ser calificada de corrupción".
En el mismo comunicado, el Barça incluso amenazó con tomar acciones legales contra Rousaud por haber manchado el nombre de la Junta y del club. "Por todo ello el club se reserva la interposición de las acciones penales que puedan corresponder", aseguraba el comunicado. Algo que el ex vicepresidente azulgrana no tuvo reparo en volver a responder también con contundencia.
Lo hizo en unas declaraciones en el ‘Tot Costa’ de Catalunya Ràdio recogidas por Mundo Deportivo. “Una reserva de acciones legales no quiere decir nada. Tengo claro que es una amenaza”, afirmó el ex directivo azulgrana, añadiendo que “lo que dije es una opinión fundamentada. Tengo elementos probatorios” y que “esta amenaza no tiene consistencia y no se llevará a cabo”.
"Es una amenaza sin consistencia”
Rousaud parece totalmente tranquilo y no teme las acciones que pueda emplear el Barça. “Si los servicios jurídicos lo verifican verán que no hay ninguna base para una querella. Si alguien plantea una querella no me molestaría porque sería una manera de poder revisar este caso y todas sus pruebas”, comentó, agregando que “una querella es gratuita. Por mi parte, si lo quieren hacer, adelante”.
También matizó lo que él mismo dijo en RAC1 sobre el caso I3 Ventures. “Cuando me refiero a pruebas, quiero decir que hay elementos probatorios de que mis opiniones son fundamentadas. No es el momento de explicarlos pero los hay, los tengo”, dijo, puntualizando que “no es una advertencia” y que “no estoy difamando a nadie, estoy diciendo que aquí se ha pagado un importe excesivo y se está pagando un sobre precio”.
Volvió a plantear las elecciones
Rousaud también comentó la posibilidad de anticipar elecciones, ya que “ante un reto económico tan importante, se tendrán que tomar decisiones muy valientes para redirigir esta situación. Esto lo podrá hacer mejor una junta con seis años por delante”. No obstante, considera legítimo que Bartomeu quiera seguir hasta 2022. “El presidente tiene una virtud, que es muy resiliente. Soporta muy bien la presión y es muy legitimo que quiera estar hasta el final”, sentenció.