Luis Rubiales empañó los festejos de la Selección española femenina campeona del mundo con un gesto que causó revuelo inmediato justo antes de que las jugadoras levantasen el trofeo en Nueva Zelanda. Un beso en la boca del presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) a Jennifer Hermoso cuando la delantera española recibió su medalla explotó una polémica que está aún lejos de resolverse.
Lo que acabó por encender el escándalo fue el comentario de la jugadora en un vídeo durante los festejos. "¡Que no me ha gustado, eh!", dijo en tono bromista, dejando claro que el beso le sorprendió al igual que al resto del mundo. Desde el ministro de Cultura y Deporte de España, Miquel Iceta, quien calificó de "inaceptable" el gesto de Rubiales, hasta ex jugadores y otros dirigentes españoles, se ha manifestado, en su mayoría, para criticar al mandamás de la RFEF y pedir acciones contra lo que muchos consideran como una clara muestra de acoso. A pesar de la polémica, Luis acompañó a las campeonas el lunes en los festejos en Madrid después de pedir disculpas públicas por un "gesto equipovado".
Muchas personalidades exigen la dimisión de Rubiales
Uno de los más duros contra Rubiales ha sido Iker Casillas. El ex capitán de La Roja y el Real Madrid posteó, de forma irónica, un mensaje en su cuenta de Twitter pidiendo la dimisión del presidente. “A ver, que yo me entere: ¿Entonces alguien ha dimitido o no? Qué ando perdido…”, publicó Iker junto a un meme animado de John Travolta confundido.
Más dura fue la ministra española de Igualdad, Irene Montero, al referirse al gesto. "No demos por hecho que dar un beso sin consentimiento es algo 'que pasa'. Es una forma de violencia sexual que sufrimos las mujeres de forma cotidiana y hasta ahora invisible, y que no podemos normalizar. Es tarea de toda la sociedad. El consentimiento en el centro. Solo sí es sí", expresó la funcionaria.
Lo propio hizo Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda del Gobierno en funciones, al confirma la denuncia de la coalición 'Sumar' a Rubiales. "El CSD debe actuar para que el machismo no quede impune", dijo con referencia a lo que, en su opinión, debe hacer el Consejo Superior de Deportes español. Así las cosas, en términos legales, la destitución o dimisión del mandamás de la RFEF luce como la vía más factible para resolver el escándalo.
El hermetismo reina en la Selección femenina
Lógicamente, la situación se ha tornado particularmente incómoda en la Selección. Las declaraciones contradictorias de Jenni Hermoso sobre el incidente han alimentado las dudas sobre cuán concensuado fue el gesto y, al respecto, una de las que ha fijado postura con claridad ha sido Irene Paredes. Para la futbolista del Barça, el presidente de la RFEF tuvo "un gesto desafortunado".
"Nosotras estamos muy felices por lo que hemos conseguido y no queremos que se empañe todo esto, sino que se valore y que lo disfrutemos mucho", aseguró Paredes. De su lado, Hermoso trató, sin éxtio, de zanjar la polémica tras la final. "No se puede dar más vueltas a un gesto de amistad y gratitud, hemos ganado un Mundial y no vamos a desviarnos de lo importante", dijo la ex delantera culé. Con el pasar de los días, la polémica debe mermar, pero inevitablemente tendrá consecuencias.