El contraanálisis solicitado por el Paul Pogba confirmó la presencia de testosterona en las muestras extraídas en agosto. Así lo han confirmado distintas informaciones a lo largo de este viernes, incluida 'AFP', detallando que después de ser suspendido provisionalmente el 11 de septiembre por la agencia italiana antidopaje (NADO), el francés conoció este viernes que el análisis de su muestra B, realizado el jueves, evidenció la presencia de metabolitos de testosterona al igual que en la muestra A.
De esta manera el jugador se expone, según el código mundial antidopaje, a una suspensión de cuatro años, que podría, sin embargo, ser reducida a la mitad si logra demostrar que no era intencionado. De hecho podría limitarse a varios meses si el uso de la sustancia tuvo lugar “fuera de la competición y no estuvo ligado a su nivel de rendimiento”, detalla el reglamento de la NADO.
Pogba podría haber escrito sus últimas línea en el fútbol de más alto nivel
Para explicar ese control antidopaje positivo, el entorno del jugador hizo saber el mes pasado que los metabolitos de testosterona procederían de un complemento alimenticio prescrito por un médico al que consultó en Estados Unidos. La testosterona, hormona de la fertilidad y de la sexualidad masculina, favorece el desarrollo muscular. Es lo que se llama un anabolizante y está asociado a la síntesis de proteínas.
Por el momento el francés ha decidido guardar silencio respecto al caso de dopaje que ha terminado de empañar una carrera que llegó a su punto más alto en su primera etapa con la Juventus, antes de regresar al Manchester United, donde las lesiones y las polémicas no lo dejaron triunfar como esperaba. Sí que durante su regreso a Old Trafford fue campeón con la selección francesa en el Mundial de Rusia 2018, marcando uno de los goles de la final contra Croacia, pero, desde entonces, ha estado en caída libre al punto de dejar de ser llamado por el técnico Didier Deschamps.
Pogba queda con la suerte echada
Ahora se enfrenta a esta acusación poco común en jugadores de este nivel, lo que prácticamente implica que dejará de jugar profesionalmente y tendrá que entrenarse por su cuenta si quiere volver en un futuro a competir en los principales escenarios del fútbol europeo. Ese escenario claramente se borraría si a sus 30 años recibiera una suspensión de 3 o 4 años, dejándolo casi sentenciado para un retiro de la élite.