Casemiro dejó el Real Madrid hace solo dos semanas después de haber hecho 8 años de carrera como merengue. El brasileño empezó este verano después de conseguir su quinta Champions League en el Madrid, pero cuando recibió una oferta del Manchester United tuvo claro que quería pasar la página y adaptarse lo más pronto posible a su nueva vida como jugador en Inglaterra.
Ya desde el reconocimiento médico, los trabajadores del equipo mancuniano notaron que estaba llegando un tipo especial. “¡Tenía cicatrices de un Clásico de hace años! ¡Es un guerrero!”, comentaron desde el primer momento. Precisamente ese entusiasmo y entrega es lo que llevó al vestuario del United, uno que venía de dos fuertes derrotas en el arranque de la Premier League.
La presentación de Casemiro en Old Trafford parece que contagió desde el primer momento a los de Erik ten Hag, en un momento clave además. Los 'devils' enfrentaban aquella noche al Liverpool de Klopp en el clásico inglés y con un planteamiento y espíritu distinto, el United se llevó el triunfo con el brasileño en la grada. “No juegan tan mal eh”, llegó a comentar Casemiro al término del partido, aunque él ya estaba pensando en debutar, y tras recibir el visado de trabajo de Reino Unido, se estrenó frente al Southampton en otro triunfo de los de Ten Hag.
Aunque solo jugó los últimos 10 minutos, fue fundamental para cerrar aquel partido que el United se llevó por 0-1. Entre semana se encontró con el mismo escenario en Leicester. Su nuevo equipo iba ganado por 0-1 y Teng Hag le hizo entrar para evitar cualquier posibilidad de gol de los locales. Casemiro ha aportado sobre todo seguridad a sus compañeros, mostrándose como uno de los futbolistas más disciplinados del mundo desde el punto de vista táctico, y mientras se gana la titularidad, Ten Hag apuesta por él como lo hizo Ancelotti en sus comienzos en el Bernabéu.
Un reto distinto
Casemiro llegó a Manchester sabiendo que no podría jugar esta edición de la Champions League, aunque se encontraría con una exigente Premier, una liga a la que declaró que le tenía muchas ganas. Aunque ya se ha propuesto aprender inglés lo más pronto posible, el futbolista tiene mucho brasileño y portugués alrededor, además de su excompañero Varane, y los españoles y sudamericanos De Gea, Lisandro y Garnacho.