Por cuarta ocasión consecutiva, el Manchester City ha obtenido la Copa de la Liga, en esta ocasión ante un convulsionado Tottenham Hotspur que viene de un cambio de modelo tras echar a su anterior entrenador, José Mourinho. De esta manera, los Sky Blues consolidan su hegemonía en el torneo.
No obstante, los Spurs no fueron un rival fácil. Fue Aymeric Laporte quien tras una infracción de Serge Aurier, aprovechó la oportunidad para enviar el balón al fondo de las redes y abrir el marcador para los de Guardiola, que no movería a moverse hasta el final del compromiso.
A pesar del cerrado marcador, el City mostró un claro dominio al mantener, como no podía ser de otra manera con Pep al mando, la posesión de la pelota durante la mayor parte del encuentro. Mientras tanto, el Tottenham se encerraba en el fondo intentando detener las embestidas del rival.
Clara superioridad del City
Fue tal el dominio de los cityzens, que ni la presencia de Harry Kane en el campo fue percibida por el rival, que ahogó cualquier posibilidad de un tanto para los del norte de Londres. Los de Pep pudieron ampliar la ventaja, pero Lloris detuvo varios de los remates que llevaban peligro.
Los Spurs lucían mejor en la segunda mitad de una final a la que no accedían desde hace trece años. No obstante, les ha faltado la definición en el último tramo del campo. Inclusive Gareth Bale lo intentó, pero con el gol de Laporte el daño ya estaba hecho. Suficiente para completar un ‘poker’ de títulos en el torneo.