Tema viejo, circunstancias nuevas. El parón de selecciones oficializado por la FIFA para jugar las eliminatorias mundialistas siempre será un dolor de cabeza para los principales clubes de la UEFA, que se nutren en gran parte de los mercados de CONMEBOL y África para confeccionar plantillas de ensueño.
Esta vez, la cosa ha llegado más lejos al tener hasta tres fechas en Sudamérica, generando que ligas como la española se vean afectadas de forma directa con ejemplos como el Sevilla, que recibirá a tres de sus jugadores importantes solo un día antes del encuentro ante el Barcelona correspondiente a LaLiga.
Discutir sobre la preferencia entre la selección de su país y el club para el que juegan de forma constante es un absurdo, nadie se plantea el fútbol como una elección entre mamá y papá o entre hermano y hermana. Pero de que cada vez es un problema mayor, lo es, tanto para los equipos como para los combinados nacionales.
Brasil ya acusa 10 bajas principalmente desde la Premier, tomando en cuenta que su arquero titular (Liverpool) y el suplente (Manchester City) juegan allí, además de Firmino, uno de los fijos en las convocatorias del entrenador de la canarinha. Tite tiene un gran problema, pero prefiere no interferir con nadie y evitar problemas mayores.
Pero, ¿hasta qué punto? Si bien la selección más ganadora de mundiales en el mundo asume el reto porque el escaparate le permite afrontar la fecha con material interesante, también es cierto que uno de esos tres compromisos será ante Argentina, el termómetro más directo que tiene en su zona, además de su verdugo en la reciente Copa América que se jugó en tierras amazónicas.
No corresponde al jugador, club o selección tener que hacer una elección difícil, plantear una “revolución” o llegar a instancias lamentables como las que se viven, con los futbolistas distraídos por lo que se habla, los clubes buscando bloquear la salida y las competiciones pidiendo aplazar fechas.
Al final, será un tema de riesgos tanto para el que va como para el que se queda, porque da lo mismo la fractura de Arias jugando con Colombia que la lesión de Ansu Fati jugando con el Barcelona, las tres partes se ven afectadas y el jugador el que más sufre, mientras la FIFA se ciñe a un reglamento que en ciertas ocasiones, puede pecar de riguroso.
Y también, la pandemia
Los controles sanitarios, aislamientos y actualidad pandémica son distintos en cada país del mundo y ya hemos visto casos de desgaste en el que el jugador viaja para no jugar, que regresa dando positivo y no participa con su club o en última instancia, que se mueve todo un aparataje para finalmente jugar incluso con un brote excesivo de casos, hasta ver cancelada la fecha y haber hecho el viaje en vano.