Antoine Griezmann finalmente marcó gol tras su regreso al Atlético de Madrid, justo en la jornada que Messi debutó como goleador con el PSG y el Barcelona se quedó sin pólvora para caer 3-0 ante el Benfica. Parece un chiste del azar y el destino, pero fue lo que sucedió en la rocambolesca fecha europea.

El francés aportó uno de los goles para la victoria ante el Milan, en un partido más de los que presenta el Cholo con mucho sufrir, riesgo y fuerza, algo tosco para el gusto de algunos, pero efectivo. Ese mismo fútbol le permitió ser campeón la temporada pasada pese a la debacle de los últimos meses.

No hizo el mejor partido de su era colchonera, ni la primera ni la segunda, porque antes era candidato a Balón de Oro y esta apenas comienza, por lo que lo normal es invitar a pensar que mejorará para al menos acercarse a lo que fue en su primer pasaje con Simeone y algunos de sus compañeros actuales.

Al terminar el partido el jugador habló sobre las críticas que le han caído y no se escapó ni escondió, de hecho las aceptó y hasta aseguró que son justificadas, lógicas y sustentadas, aunque también dejó el aviso de que poco a poco las cosas estarán mejor para él y su papel en el equipo, tomando este gol como punto de inicio.

Desde que regresó a la disciplina rojiblanca Simeone le ha respaldado contra viento y marea en cada alineación, poco descanso y mucha defensa a su nombre, además del apoyo que los mismos compañeros le han brindado en público, desde aquellos que compartieron con él en su primera etapa hasta los que le van conociendo.

Necesario y urgente

El Atlético no es el equipo más goleador ni ahora ni en los últimos años, pero esta temporada particularmente parece estar muy espeso en ataque con la lenta incorporación de Luis Suárez y la sequía de Lemar o Correa, que juegan bien pero no han estado precisamente finos de cara al arco en los partidos que han jugado, haciendo que la “llegada” de Griezmann sea más esperada que nunca.