El AC Milán logró su séptimo triunfo de la campaña tras vencer un gol por cero al Genoa, en un partido lleno de emociones y que se definió con un único gol del norteamericano Christian Pulisic al 87', quien con un remate de pierna izquierda hacia el costado derecho del arco defendido por Josep Martínez, logró romper la intransigente paridad en el marcador.

Transcurría el 96' y los 'rossoneri', a pesar de tener una ventaja mínima, parecían encaminados a cerrar una jornada tranquila. No obstante, Mike Maignan, en su intento de obtener la posesión del balón, salió de manera desafortunada y chocó violentamente con Caleb Ekuban, propinándole un fuerte rodillazo en el pecho. Después de revisar el VAR, el árbitro mostró la tarjeta roja al guardameta francés.

Olivier Giroud salió al rescate del AC Milán

Lamentablemente, para el equipo de Stefano Pioli, ya se habían agotado los cambios, por lo que tuvieron que enfrentar el frenético cierre del encuentro en desventaja numérica, sin un portero natural y con la falta que dio un tiro libre muy peligroso al borde del área.

Ante esta situación, Olivier Giroud se puso el buzo y los guantes de guardameta sin temor alguno y se ubicó bajo los tres palos para enfrentar una primera jugada en la que no tuvo la oportunidad de lucirse como portero, ya que un tiro libre ejecutado por Albert Gudmundsson se estrelló en la barrera.

Giroud tuvo oportunidad de lucirse bajo los tres palos

Las situaciones extrañas continuaron, ya que en el bando contrario también se quedaron sin guardameta cuando, al 90+13', el cancerbero del Genoa, Josep Martínez, subió a cabecear un córner en busca de aprovechar superioridad numérica. Sin embargo, la ejecución no tuvo éxito y Martínez cometió una falta sobre Yunus Munsah, lo que resultó en su expulsión por segunda tarjeta amarilla. Afortunadamente, para los genoveses, tenían recambios para reemplazar al portero en el campo.

Finalmente, el partido terminó con una destacada actuación de Olivier Giroud como portero improvisado. En la última jugada del encuentro, el francés tuvo que reaccionar en dos tiempos, primero para anticipar el mano a mano ante el delantero rumano George Puşcaş y posteriormente para asegurar la esférica y disipar el peligro en su área. Esta acción ameritó las felicitaciones y los abrazos de sus compañeros en lo que fue la acción final del partido y que regaló una muy bonita postal con el atacante galo como héroe y, en esta oportunidad, sin serlo por sus sensacionales goles, sino por su habilidad bajo los tres palos.