“Jeque mate” al fútbol europeo: PSG y City cambian radicalmente las reglas del juego

Si hay una preocupación que ha regido el mundo del futbol en los años recientes ha sido el inmenso auge que los “clubes estado” como el París Saint-Germain (PSG) y el Manchester City han llegado a tener en los últimos años.

Y no es por nada, así fue como el presidente de LaLiga, Javier Tebas, se refirió a dichas entidades en febrero de 2019 durante una entrevista: “Los dirigentes del fútbol del europeo necesitan mostrar un compromiso más fuerte con la salud del fútbol doméstico. Esto incluye fuertes controles financieros para limitar a los clubes-estado como el Manchester City o el PSG de un gasto desorbitado respecto a sus rivales y que sea más fuerte que el Fair Play financiero, que todavía es débil en este punto”.

Y agregó: “Estos clubes estado van contra nuestras normas financieras en España. Cualquier inversor que quiera entrar a LaLiga necesita aceptar nuestros controles financieros. Además, no permitimos la entrada de ningún inversor que solo genere deuda o que pretenda inflar el mercado. No vamos a permitirlo “.

Los “clubes estado”

En un lado se encuentra el PSG, el cual pertenece al grupo Qatar Investment Authority (QIA) desde 2011. Desde entonces, el presidente y dueño del club es Nasser Al Khelaifi.  Por el otro, el combinado de los “citizens” fue comprado en 2008 por el Abu Dhabi United Group for Development and Investment el cual es propiedad de Mansour bin Zayed Al Nahayan.

Mansour no solo fue viceprimer ministro de los Emiratos Árabes, también fue ministro de asuntos presidenciales y es de la realeza de Abu Dhabi. Al khelaifi, por su parte, es un empresario y ex jugador de Tenis, pero se las ha arreglado para ocupar un puesto en la UEFA, otro en la Federación de Tenis de Catar, vicepresidente de Federación Asiática de Tenis y presidente de Bein Sports (Al Jazeera  Sports) y con muchas conexiones con el gobierno de Qatar.

Dichos dueños, venían con un enorme motor financiero que permitió a ambos equipos a obtener una gran ventaja con respecto al resto de los principales equipos de Europa, incluyendo a clubes de peso como el Barcelona o el Real Madrid.

Relaciones complicadas

El trato que ha habido entre las autoridades del mundo del futbol y la de las autoridades futbolísticas como la UEFA ha llegado ser difícil y complicada. La mejor prueba de ello fue la sanción contra el Manchester City por dos temporadas que prohibió a dicho club participar en cualquier competición Europea por acciones destinadas a burlar las normas referentes al Fair Play financiero, las cuales establecen el equilibrio entre ingresos y egresos de cada equipo.

Esto ocurrió en 2020, pero su sanción fue levantada meses después por el Tribunal de Arbitraje del Deporte (TAS por sus siglas en inglés). La relación con el PSG nunca ha sido la mejor por el mismo tema, aunque las autoridades de la UEFA parecen llevarse mejor con los dueños del club parisino, prueba de ello es el hecho de que ahora Al Khelaifi ocupe un puesto dentro de la UEFA.

Eso si, tampoco han quedado exentos de polémica. En más de una ocasión las autoridades de la UEFA han sido señaladas de hacerse la vista gorda cuando el PSG ha violado las reglas referentes a este punto o incluso habrían llegado a relajar las normas en función de los intereses del combinado francés. También se ha avivado esta la polémica por el posible fichaje de Messi debido a que los números no parecen cuadrarle tampoco al club teniendo ya las pesadas fichas de Neymar y Mbappé.

Con el resto de equipos

Las relaciones de ambos equipos también han sido difíciles con el resto de los clubes. Otro momento que lo dejó en evidencia fue cuando el Barcelona casi tenia listo el fichaje del centrocampiosta holandés Georginio Wijnaldum, pero los directivos del PSG tumbaron todo el esfuerzo y trabajo de los azulgranas ofreciéndole a este un contrato el doble de sustancioso, lo que terminó de incentivar al futbolista a irse a París.

Aun manteniendo las reglas referentes al Fair Play Financiero, lo cierto es que todo apunta a que las relaciones con las referidas entidades seguirán siendo complicada, y no solo por el Fair Play financiero. Muchos clubes de Europa seguirán viendo con recelo a estos gigantes, y más mientras siga la polémica.