Uno de los aspectos más bonitos del fútbol -y del deporte en general- es dejar huella allá dónde vas. Luis Suárez es un jugador al que se intenta tildar de agresivo y polémico, pero en todos los equipos por los que ha pasado ha sabido ganarse el cariño de afición, compañeros y staff. Un tipo cercano y honesto.
Al principio del verano recibió un sentido homenaje en su país, en el equipo que le vio crecer. Suárez no pudo contener las lágrimas porque él empezó ahí. Sus raíces nunca se olvidan y el charrúa lo sabe. Siempre dice con orgullo que comenzó en el Nacional.
Pero un 9 de agosto de 2007 su carrera cambió drásticamente, fichando por el Ajax tras un año en el Groningen. El club holandés pagó 7,5 millones de euros por él y le disfrutó durante tres temporadas., donde marcó 111 goles en 159 partidos, unas cifras realmente increíbles.
En 2010 se marcharía al Liverpool y en 2014 el Barça pagó más de 80 millones por sus servicios. Desde su llegada al club azulgrana ha sido pieza fundamental, formando un tridente de escándalo junto a Messi y Neymar. Un jugador que huele la sangre y se compromete como el que más en tareas defensivas.
El Ajax se acuerda de él
El club holandés ha colgado este miércoles, justo cuando se cumplen 10 años de su fichaje, una fotografía en Twitter en la que aparece Suárez firmando el contrato que le vincularía con el Ajax. Allí ganó tres títulos y fue el ídolo de toda una afición, que aún hoy le recuerda.