Se va otra leyenda: Fallece el italiano Gianluca Vialli

El exjugador Gianluca Vialli falleció este viernes a los 58 años en un hospital de Londres por un cáncer de páncreas que padecía desde hacía cinco años. Esta lucha ya habia obligado al italiano a dejar su cargo de jefe de la delegación de la selección Italiana de fútbol el pasado 14 de diciembre, con quien estuvo en la pasada Eurocopa. 

La Federación Italiana de fútbol (FIGC) confirmó en un comunicado su muerte y convocó un minuto de silencio en señal de duelo al inicio de todos los partidos del próximo fin de semana. Además, el presidente de la FIGC, Gabriele Gravina, expresó su "profundo" dolor. "Esperé hasta el último momento que lograra cumplir otro milagro, me conforta la certeza de que lo que ha hecho por el fútbol italiano y la camiseta azul no será jamás olvidado", aseguró.

"Gianluca era una persona espléndida y deja un vacío que no podrá llenarse, tanto en la selección como en todos aquellos que apreciaron su extraordinaria cualidad humana", apuntó. También se sumaron otras autoridades políticas como el ministro de Infraestructuras y vicepresidente del Gobierno, Matteo Salvini, o el ex primer ministro, Matteo Renzi.

Nacido en Cremona, Vialli fue uno de los nombres más importantes del calcio en la década de los noventa. Delantero centro durante su carrera como jugador, comenzó en el Cremonese en 1980 y tras cuatro temporadas fichó por el Sampdoria (1984), equipo en el que coincidió con el actual seleccionador italiano, Roberto Mancini.

Una gran carrera

Durante esa etapa ganó su único título de liga (1991) y el único que tiene el club genovés en su palmarés. También pudo sumar tres Copas de Italia (1985, 88 y 89) y una Supercopa de Italia (1991). Después pasaría por el Juventus por cuatro temporadas donde ganaría una Liga de Campeones en 1996 y en ese momento pasaría al Chelsea, donde le puso punto final a su carrera como futbolista.

En 2019, y de la mano de su amigo Roberto Mancini, fue nombrado jefe de la delegación de la Selección Italiana con la que dos años más tarde levantó la Euro. Durante ese torneo Vialli se convirtió en una especie de amuleto. De hecho se conoció que en la segunda jornada del campeonato el autobús salió por error del hotel sin él y tuvo que dar la vuelta para recogerle. El positivo resultado ante Suiza esa noche hizo que el fallo se convirtiera en un ritual que repitieron en el resto de partidos (Gales, Austria, Bélgica, España e Inglaterra) hasta coronarse campeones.