CAMPEÓN DE CHAMPIONS CON EL CHELSEA
Tuchel, el alumno que dicta cátedras con la revancha como principal lección
Publicación:30/05/2021 - 09:17h
Actualización:30/05/2021 - 09:17h
Tuchel puso en práctica todo lo aprendido con Pep, ganando el torneo que se le escapó hace un año con el PSG de Mbappé y Neymar
Los enanos le crecen al PSG en este momento. Icardi no hace goles, Neymar renovó por dinero, Mbappé se quiere ir y Tuchel es campeón de Europa con Thiago Silva. Pero no se trata de Al Khelaifi y sus dilemas en estos momentos, sino del Chelsea que nadie quería, que nadie esperaba, pero que gana su segunda Champions.
Abramovich ha demostrado que le gusta ganar pero no de cualquier manera. El Chelsea de Mourinho fue revolucionario, ambos de hecho. Quiso repetir en Vilas Boas, trajo a Hiddink, también Scolari pasó por ahí y Conte seguro será inolvidable. Más allá de las inversiones hechas, que son gigantes, el ruso siempre busca técnicos muy particulares.
Tuchel es uno de ellos. Hace apenas un año estaba perdiendo la final de la Champions con el PSG ante el Bayern de Múnich, el mismo equipo que le complicó la vida en Alemania. En enero de 2021, le cesaron para darle paso a Pochettino, que venía de la Premier tras entrenar al Tottenham en Londres.
La capital inglesa se trajo entonces a Tuchel, aunque no para el Tottenham, sino al Chelsea, que pese a la gran inversión de verano no lograba funcionar con Lampard. Su buen año pasado le dio la continuidad tras darle espacio a los jóvenes valiosos como James, Mount y Abraham, los mismos que esta vez no respondían.
Solo era un ajuste, el que le hizo Tuchel para llegar a los puestos altos de la tabla en la Premier y dominar completamente al Manchester City, equipo gigante esta temporada. Los eliminó en Copa, los silenció en Premier y ahora, les arrebató la Champions en su primera final. La experiencia tal vez contó para el Chelsea, que llegaba a su tercer partido decisivo en esta competición.
Cuando esperaban a Mount, aparecía Pulisic. Si llamaban a Havertz, aparecía Mount y así iba jugando Tuchel, que esta vez se atrevió con el inglés y el alemán juntos, por detrás de Werner como el receptor de toda la calidad que atesoran en sus pases, regates y visión de juego. El medio campo fue de Chilwell, Jorginho, Kanté y James. La defensa blue estuvo a cargo de Thiago Silva, Azpilicueta y Rudiger, con Mendy en el arco.
Werner decidió esta temporada volver a ser peligroso, aunque no efectivo. Si en algún momento sufrió el Chelsea ante el Real Madrid fue precisamente por sus fallos, lo mismo que en la final de Champions, que pudo ser abultada si el delantero convertía alguna de sus oportunidades en el partido.
Mount se sacrificó para combinar con James en la ida y vuelta con balón, mientras Havertz fue director de orquesta y héroe con su primer gol en la competencia, en el mejor escenario posible. Chilwell y Jorginho fueron muros tácticos y Kanté, diremos que fue MVP, porque realmente no hay un adjetivo que describa con exactitud la labor del mediocampista en el tramo final de la temporada, consagrándose en este juego.
En la defensa solo falló Thiago, que se fue lesionado y su revancha quedó a medias por la temporada pasada, aunque seguro algún mensaje mandó a Paris con este logro, el primero en su carrera de campeonatos domésticos, pero poco peso internacional a nivel de clubes tras su paso por Milan y PSG.
Vale acotar que todo esto salió del cerebro de Tuchel, que demostró ser un auténtico director técnico en toda norma, tal vez por este instante, tal vez es el comienzo de una gran trayectoria, pero lo cierto es que en este momento pocos están mejor que el alemán desde la pizarra y la gestión.
Zidane es el claro ejemplo de que un técnico puede ser campeón con más trato que pizarra. El francés ha dejado pinceladas tácticas dignas de analizar pero lo que más resalta es la capacidad de leer a sus jugadores y enchufarlos en el momento justo, sacar el máximo de cada uno como si pudiese ver el futuro.
Guardiola, por otra parte, cumple la misma función pero desde lo táctico. Puede no ser el más cercano, no ser el mejor amigo, pero vaya que puede hacer de un jugador ordinario un candidato a balón de oro con nuevas responsabilidades tácticas.
Tuchel aprendió lo primero en Dortmund con una plantilla joven y golpeada por el yugo del Bayern. Mientras aprendía esto, tomaba notas en una cafetería cada fin de semana escuchando a Pep, amigo personal del alemán con el que compartió muchas conversaciones de fútbol. Vaya alumno tuvo.
La temporada actual es un poema de superación deportiva tanto para el técnico como para la plantilla. Tuchel demostró tener el punto justo de la mayor virtud que tienen los dos técnicos más influyentes de los últimos años. Levantó al vestuario, joven y confundido, tal como lo haría Zidane varias veces en el Real Madrid.
Como si fuese un espejismo, lo pudo demostrar ante el propio Zidane, que con su Real Madrid fue incapaz de encontrar grietas en el muro azul. Y fue allí donde comenzó a ensayar lo que haría a Guardiola en esta final. Referenciar la espalda de Casemiro y darle el oxígeno justo a Kroos y Modric con Kanté en modo Dios, desarticuló a los blancos.
Y Tuchel demostró estar muy avanzado en aquello que llaman táctica. Pulió los fallos que dejaron con vida al Real Madrid y dominó, otra vez, al City. Esta vez no hubo un espacio claro como el que tuvo Benzema, a Gundogan le pusieron la cara de Kroos, a De Bruyne lo vieron vestido de Modric y como no había Casemiro, Havertz encontró un pasillo en el medio para dar forma a uno de los mejores goles de la temporada en Champions.
Tuchel no se guía por nombres, sino por movimientos y funciones, no le importó el escudo que estaba al frente y desnudó cada paso que dan los jugadores rivales para inmovilizarlos por completo. La “sencillez” del esquema de Pep pudo desajustarlo un poco, el segundo tiempo se inclinó en favor de Guardiola pero en el pitido final, una vez más, ganó Tuchel.
La primera orejona para Tuchel, la segunda del Chelsea. Ambos equipos ya lucen candidatos a la Premier la próxima temporada y habrá que ver la evolución de los blues, que todo esto lo lograron sobre la marcha con la llegada a media temporada de su técnico. Ahora podrán incorporar jugadores que encajen mejor y demostrar cuánto pueden hacer.
Guardiola volverá por venganza, en busca de la revancha de este continuo golpe contra la pared que fue enfrentar a Tuchel con el Chelsea. No es el mismo de Alemania y ahora Pep podrá, nuevamente, innovar en la pizarra para deleite de los amantes de la evolución de este deporte.