El Brighton de Roberto de Zerbi se ha instalado en la segunda plaza del grupo B de la liguilla de la Europa Leaue, con siete puntos (uno menos que el Olympique de Marsella) tras imponerse ante el AEK Athenas. La exigencia es máxima, pero han vencido -con cierta- solvencia a un Ajax que está en crisis, también en la competición intercontinental. El gran 'responsable' ha sido un Ansu Fati que ha mostrado una versión muy positiva en Ámsterdam.
El jugador del FC Barcelona, cedido en el Brighton, fue el encargado de abrir el marcador contra los neerlandeses y también dio la asistencia para el 0-2. Firmó una actuación muy completa, partiendo como mediapunta por detrás de Joao Pedro, y sigue elevando su confianza con el conjunto inglés. El trabajo, la paciencia y dedicación ya han comenzado a dar resultados para el atacante formado en La Masia.
A pesar de que ha dejado una actuación muy completa, con mucha movilidad y llegada al área, no es suficiente. Su entrenador ha reconocido, tras el partido, que espera mucho más de él. No ha sido una crítica, todo lo contrario. Está seguro de que puede ser un jugador clave en este curso y espera que su aporte ofensivo crezca y, sobre todo, sea más seguido. Es consciente de que es un jugador que puede explotar y del que se puede aprovechar absolutamente durante su cesión.
La exigencia de De Zerbi a Ansu Fati
Y es que De Zerbi, tras el partido, comentó el hecho de que pudo haber anotado más goles y desaprovechó sus oportunidades. Señaló que, después del segundo gol, tuvo oportunidades claras para aumentar la diferencia en el marcador y que son esas las chances que hay que explotar: "¿Ansu Fati? Yo espero siempre más y más de él... Sí, jugó un partido muy bueno, pero después del segundo gol tuvo oportunidades para anotar de nuevo... Tiene que empujar más".
No es un secreto para nadie que De Zerbi es un entrenador muy exigente, pero que también siempre propicia el desarrollo y evolución de sus jugadores. Es un auténtico potenciador en sus equipos y con Ansu Fati su intención es que recupere la confianza y el instinto goleador que tanto enamoró cuando irrumpió en el Barça en 2019. Sabe que puede conseguirlo y de allí que no se conforme 'únicamente' con que marque un gol y de una asistencia.