Hace siete meses que se rompió el ligamento cruzado anterior de su rodilla derecha, pero desde entonces tenía claro que sólo había un objetivo: Volver. "Yo decido cuándo parar", afirmaba Zlatan Ibrahimovic, y lo ha cumplido. A sus 36 años y tras recortar los plazos de su recuperación, el sueco volvió a jugar este fin de semana con el Manchester United.
Fue casi como un fichaje y cambiando su habitual '9' por el dorsal '10' en su espalda, pero Old Trafford fue un clamor cuando en el minuto 77 del enfrentamiento contra el Newcastle el de Malmö entró sustituyendo a Anthony Martial. Apenas estuvo sobre el césped unos instantes, pero tuvo el tiempo suficiente para dejar detalles de calidad como un tremendo remate de tijera que finalmente no se convirtió en gol.
"¿Si estaba preocupado por volver? No. Los leones no se recuperan como los humanos", respondió Zlatan tras el encuentro. "Es especial. Es un día diferente, pero vuelvo con la misma calidad. No estoy preocupado, para nada. Sé lo que hago y lo que tengo que hacer. He entrenado muy duro y he sacrificado mucho. He jugado en mi cabeza y ahora sólo tiene que seguirme la rodilla", explicó sobre sus sensaciones.
Un largo camino
Con 35 años y una recuperación estimada en ocho o nueve meses, muchos colocaron a Ibrahimovic cerca de la retirada, y más cuando acababa contrato con el Manchester United, pero en todo momento tuvo clara su decisión: "No es fácil verlo desde fuera. Fue muy duro porque me lesioné justo cuando estaba jugando muy bien. Sucedió de un día a otro y no podía hacer nada. No es como si me hubiera ido de vacaciones. Fue un verano diferente porque me encontraba sin equipo, aunque eso no me preocupaba".
"Quería devolver la confianza y ayudar al equipo. Sin embargo, cuando no puedes, tienes que estar concentrado en tu objetivo. Sabes que tienes que volver, pero no es sólo volver, sino hacerlo con fuerza y a un buen nivel. He entrenado muy duro y estoy contento de regresar. Ahora sólo pienso en jugar al fútbol y hacerlo mejor", sentenció.