Salah: de lesionarse por la 'llave' de Sergio Ramos a lograr la Champions un año después

Hace un año, tanto el Liverpool como Mohamed Salah vivieron una noche negra. En el tramo inicial de partido, Sergio Ramos protagonizó una fea acción en la que agarró al extremo egipcio del brazo para hacerle caer al suelo con violencia. A causa de esa acción, la estrella del Liverpool se lesionó, fue sustituido y tuvo que ver desde los vestuarios como el Real Madrid se llevaba la 'orejona'.

"Dejar la final de Kiev fue el peor momento de mi carrera. Cuando caí al suelo, tuve una mezcla de dolor físico y mucha preocupación, también enfado y tristeza por no poder continuar jugando. Momentos después, también pensé sobre la posibilidad de perderme el Mundial y eso fue un pensamiento devastador", aseguraba un triste Salah tras perder la final sin poderla jugar.

Pero el fútbol dio a Salah una segunda oportunidad y el egipcio volvía a poder disputar una final de Champions League 371 días después con ganas de resarcirse. No había podido estar en semifinales, también por lesión, pero sus compañeros pasaron por encima del FC Barcelona de Ernesto Valverde y le concedieron una nueva oportunidad.

Esta vez, tanto el transcurso como el desenlace fueron muy distintos en la final, tanto para Salah como para el Liverpool. A los 25 segundos de partido, Sissoko cometió penalti por manos después de un centro de Sadio Mané y el propio Salah fue el encargado de ejecutar la pena máxima para darle al Liverpool una ventaja muy importante.

El Tottenham apretó mucho en el segundo tiempo, pero el Liverpool fue capaz de resistir las acometidas londinenses para acabar levantando una Champions League más que merecida. El Liverpool ha sido el mejor equipo de Europa esta temporada y Salah, uno de los mejores futbolistas de la competición.

Salah desarmó al Barcelona en el Camp Nou

Es cierto que Salah no pudo estar en el partido de vuelta de semifinales, pero en la ida demostró su enorme talento silenciando a un Camp Nou que vio como una y otra vez desbordaba por la banda derecha. El egipcio cuajó un partido casi perfecto en tierras catalanas, en el que solamente le faltó el gol. Tal vez, esa muestra de poderío fue la prueba del merecimiento de esa Champions League para este jugador, que es un superclase.