Gerard Deulofeu tiene por delante la temporada de su vida. La lesión de Ousmane Dembélé le abre las puertas de par en par para ser titular, tener minutos y demostrar su valía para jugar en el Barcelona. El extremo tiene desborde, capacidad de sacrificio y muchas ganas, pero ante el Eibar no tuvo su mejor noche y acabó siendo silbado.

A Deulofeu se le exige desequilibrio, atrevimiento, que se asocie con Messi y abra el campo para dejar espacios al argentino. Este martes consiguió dar profundidad al juego, pero no estuvo nada atinado en las combinaciones ni en los centros. Sus elecciones fueron todas negativas y el Camp Nou se desesperó.

Aunque hay que reconocer que el público del estadio azulgrana es exigente, los silbidos son un claro mensaje para Deulofeu: hay que trabajar duro -más todavía- para estar al nivel que se espera de él. Hasta ahora hemos visto una visión muy tímida de 'Deulo', quizás cohibido con Messi al lado, aunque tienen buena sintonía. 

Valverde le acabó cambiando por Aleix Vidal, que tampoco tuvo demasiadas oportunidades para demostrar si puede ser una solución para ocupar el extremo derecho. Deulofeu se fue cabizbajo al banquillo. En todos los partidos que ha salido como titular ha acabado siendo sustituido antes de la finalización del choque. 

Debe tener paciencia

Deulofeu no ha tenido su mejor noche, pero esto no significa que tenga que venirse abajo. Sin Dembélé debe seguir adelante y trabajar para mejorar su rendimiento. Se avecinan varios retos por delante que le pueden consolidar en el once titular azulgrana. Sin confianza será más difícil. El talento lo tiene. 

En Twitter mostró su felicidad, eso sí, por los tres puntos.