Fue uno de los mejores equipos del planeta en el primer tercio de la temporada, pero al FC Barcelona se le está atragantando el mes de febrero. Pese a que se han minimizado daños con algunos empates, la mejoría del conjunto catalán avanza demasiado despacio, aunque hay algunos argumentos que invitan a la tranquilidad -que no a la relajación- en la Ciudad Condal.

Es evidente que toca seguir trabajando para recuperar las buenas sensaciones, pero también que hay defectos que ya se han empezado a corregir. El equipo todavía quiere reencontrarse con la frescura y la contundencia que exhibía semanas atrás, pero en su camino hacia los títulos tendrá que tirar de oficio hasta que alcance de nuevo su mejor versión en los terrenos de juego.

Tras echar el cerrojo para evitar disgustos cuando las cosas no han funcionado arriba, ha habido un cambio en la espesura que dominaba el ataque, que ahora se ha cambiado por falta de puntería. No es un consuelo demasiado prometedor cuando se disparó hasta en 25 ocasiones y no se hizo diana contra el Olympique de Lyon, pero es cuestión de tener paciencia y no dejarse llevar por la ansiedad.

Cuando Pep Guardiola inició su andadura en el primer equipo del Barça, no acompañaron los resultados. Bajo su mando, hubo victoria en la previa de Champions contra el Wisla de Cracovia (4-0), pero le siguió una derrota contra el mismo adversario (1-0), otra contra el Numancia para estrenar LaLiga (1-0) y un empate en casa contra el Racing de Santander (1-1).

Aunque no tenía la entidad que tiene hoy día, el catalán sorprendió a todos afirmando que no estaba preocupado, porque su equipo generaba ocasiones y era cuestión de tiempo que las metiera. No fueron pocos los que pensaron que a aquel entrenador alocado le cortarían pronto la cabeza, pero el grupo entendió sus consignas, aceleró hacia el final del curso e hizo historia con Leo Messi como estrella.

El Barça tiene que confiar en la recuperación de sus cracks

Si bien es cierto que no existe un paralelismo total, también lo es que hay varios factores en común, que se pueden aplicar a este Barça para poner algo de calma en la tormenta. Si hay algo positivo es que no se han encajado goles y que las oportunidades para marcar han vuelto a acumularse, lo que significa que el buen juego está volviendo y que, con un vestuario de máxima calidad, no sería raro que pronto cayera una goleada a favor.

Hay que tener en cuenta que pilares del once como Leo Messi, Ousmane Dembélé y Arthur han estado lesionados o 'tocados', y una buena muestra de sus consecuencias ha sido la falta de puntería del argentino, con errores que nadie está acostumbrado a verle. Cuando encuentre el ritmo adecuado, esa desesperación se tornará en sonrisa, y hay que confiar en que llegue a tiempo para que no haya más disgustos.

Con un poco más de fortuna, de tranquilidad o de inercia positiva, el duelo de Lyon hubiera acabado en goleada, y toca trasladar esa mejoría a tres enfrentamientos que suben todavía más el nivel. El rodaje ya está hecho y toca subir un escalón más, así que en el Ramón Sánchez Pizjuán, y con el Santiago Bernabéu a la vista, toca seguir con la portería a cero y empezarlas a 'enchufar'.