Del éxtasis a la indignación en apenas décimas de segundo. Eso le ocurrió este miércoles a Gerard Piqué, que se ayudó de la mano para marcar el segundo gol del FC Barcelona contra Olympiacos -naturalmente anulado-, viendo a continuación una segunda tarjeta amarilla que dejó al FC Barcelona con diez jugadores de cara al resto del encuentro en el Camp Nou.

Una jugada cuanto menos sorprendente y que confundió a todos al principio, dado que inicialmente se creía que el colegiado del partido, el escocés Collum, había señalado fuera de juego y por ello había anulado la diana azulgrana, después de que los culés se hubiesen adelantado en el minuto 18 gracias a un gol en propia puerta de Nikolaou.

Pero no fue así. La repetición demostró que Gerard Piqué efectivamente se había ayudado de la mano para rematar al fondo de la portería de Proto, y que por ello vio una merecida segunda tarjeta amarilla, después de que hubiese visto una minutos antes para frenar un intento de contragolpe de Olympiacos rumbo a la portería de Ter Stegen.

Así pues, mala suerte para un Gerard Piqué que dio rienda suelta a los reflejos para rematar con la mano un balón que le pasó por el costado, con toda la portería vacía después de la salida en falso del guardameta rival. El juez de línea le vio rematar con la mano, y eso provocó que Collum no lo dudara a la hora de mostrarle la segunda cartulina amarilla.

El Barça se marchó mandando al descanso

Pese a las protestas, en este sentido, puede decirse que el árbitro del partido acertó con la decisión, que al principio indignó al Camp Nou y provocó las protestas de dos de los capitanes, Sergio Busquets y Andrés Iniesta, al colegiado justo al término de la primera mitad.

El FC Barcelona, en cualquier caso, se marchó dominando 1-0 al descanso y con un Mascherano que calentaba insistentemente en la banda, preparándose para ingresar cuanto antes sobre el terreno de juego para equilibrar al equipo de nuevo.