Brasil optó por comenzar las eliminatorias con un cuerpo técnico interino para esperar a Carlo Ancelotti hasta el verano del 2024, momento en el que termina su actual contrato con el Real Madrid. Así, y con Fernando Diniz como seleccionador, el equipo amazónico logró ganar sus dos primeros partidos -ante Bolivia y Perú-, aunque gran parte de la afición igualmente no olvida la ausencia de Vitor Roque en esa última lista de convocados. 

Y es que sus casi 30 intervenciones de gol (20 tantos y 8 asistencias) en este 2023 no pasan desapercibidas para los brasileños, ni para la prensa, por lo que para octubre quisieran que ahora sí el '9' de la selección de Brasil sea el próximo jugador del FC Barcelona. Aunque el combinado pentacampeón del mundo marcó seis goles en sus dos primeros duelos (cinco ante Bolivia), no hubo un goleador que pudiera hacer olvidar al de Timóteo.

Vitor Roque ya es mucho más peligroso como '9' que otros ya consagrados

Ni Richarlison, ni mucho menos Matheus Cunha han podido cumplir con un rol para el que Vitor Roque parece preparado a sus 18 años, tomando en cuenta además que para el Mundial 2026 llegará con 21, pero siendo un jugador ya muy maduro. Es por ello que todo apunta que para este nuevo parón, esperado para la segunda semana de octubre, Diniz deberá rectificar si no quiere que los reclamos continúen en ascenso. 

Por ahora la ‘Canarinha' se sostuvo en la fragilidad defensiva de Bolivia y en los dobletes de Neymar y Rodrygo, sumándose al gol de Raphinha y ya un cabezazo solitario de Marquinhos ante Peru. Ese último escenario, el que le presentó la selección inca, puede encontrarse en octubre en la visita a la Uruguay de Marcelo Bielsa, un partido donde la puntería de un '9' puede ser vital.

Brasil deberá cambiar de parecer en los próximos días

En cuanto a los posibles 'sacrificados', Richarlison fue el titular en los dos encuentros, saliendo incluso llorando en el primero por la frustración de su rendimiento y, en el segundo, dijo en zona mixta que iría a buscar ayuda psicológica para trabajar su ansiedad. Del otro lado Cunha pasó sin pena ni gloria, jugando solo los últimos 19 minutos ante Bolivia en los que ni remató a la portería y frente a Perú se quedó en el banquillo.