Messi, hundido en el vestuario: Una imagen que lo dice todo y ya es viral

Leo Messi ya no puede más. Llega un punto en el que toda la rabia acumulada, las advertencias y las intentonas de fomentar un cambio acaban colapsando, hasta el punto de derivar en un hartazgo silencioso que no tiene cura. Un tedio, una especie de depresión del estado de ánimo en la que ya no se ve luz posible al final del túnel. Hasta ahí llegó 'La Pulga' este viernes en Lisboa, y así de hundido se le pudo ver en el vestuario del Estadio Da Luz.

En las últimas horas se ha hecho viral una imagen en la que se puede ver al '10' sentado y cabizbajo en una de las banquetas del vestuario, acompañado a unos metros por un Ter Stegen con la mirada perdida. La instantánea corresponde al tiempo de descanso, con 1-4 en el marcador, después de que el FC Barcelona hubiese recibido en la primera mitad un carrusel de goles en 30 minutos.

La imagen no se pudo revertir en la segunda parte, sino que en los últimos diez minutos del encuentro fue todavía a peor. Tres goles para pasar de 2-5 a 2-8, y además surgidos de las botas de Coutinho (una asistencia y dos goles) para fomentar el ridículo. Tres goles más que sobrepasaron la vergüenza para jugadores como un Leo Messi que ya no sabe que hacer.

Que se ha quedado sin ideas. Y, tal y como se vio este viernes, también sin ganas de ponerlas en práctica. El argentino siempre ha intentado guiar al equipo hacia la reconquista de Europa, pero sus intentos no han dado frutos y ya no cree tener las armas necesarias para cambiar la dinámica. ¿Se habrá planteado incluso hacer las maletas del Barça?

Messi se queda sin argumentos

Ese tipo de ideas pueden pasar por la cabeza de uno cuando se dan resultados de este tipo, pero por ahora parece que el '10' sigue comprometido con el primer equipo azulgrana. Hundido de ánimo, pero comprometido. Harán falta varios días, incluso semanas, para volver a levantar mínimamente el ánimo.

Más tiempo incluso que tras las debacles de Roma y Anfield, cuando parecía que el FC Barcelona tenía la 'orejona' mucho más cerca de lo que jamás la tuvo en la presente edición. El Bayern fue un rodillo imparable y el Barça, un equipo que ni siquiera parecía profesional en los últimos compases del encuentro. Esta vez, ni siquiera Messi se salvó de la quema. Y lo peor de todo es que puede que ya no le importe.