Xavi Hernández no se mueve del FC Barcelona. Se ha confirmado la confianza del club en su proyecto con un nuevo contrato que se extiende por dos años más. El vínculo vencía en junio de 2024 y, después de devolver la ilusión y los títulos al conjunto azulgrana, desde los despachos de la entidad azulgrana le han 'premiado' con la renovación de su acuerdo hasta el verano de 2025 Seguirá siendo el director de orquesta.
En ningún momento la continuidad del entrenador egarense ha estado en disputa. A pesar de que no tuvo un comienzo sencillo, con las dos eliminaciones en Champions League en fase de grupos, se ha ganado la confianza de la Junta Directiva culé y, sobre todo, de la afición. Le ha devuelto el sentido y propósito al juego del equipo, que pasó mucho tiempo tratando de encontrar su identidad. Ahora, todo parece indicar a que están sentadas las bases del proyecto.
Xavi, de estrella en el campo a líder desde el banquillo
Hasta ahora y en su primera experiencia en la élite, Xavi ha ganado una Liga y Supercopa de España. Ha sido fiel a su estilo y a los valores del Barça, dejando la sensación en el camino de que entiende como pocos lo que representa el 'ADN culé'. Es más que obvio, porque es lo único que conoce. No hay que pasar por alto que el técnico ha crecido en el club, que pasó por todas las categorías inferiores y que explotó en el primer equipo al punto de ser considerado como uno de los mejores centrocampistas de la historia.
Nunca se olvidarán sus combinaciones con Andrés Iniesta y la pausa que le inyectaba a las jugadas, así como su lectura impecable de todo lo que pasaba a su alrededor, pero también el espíritu de guerra, la convicción y la energía que le ha inyectado a su equipo desde que le trajeron desde el Al-Sadd, en Qatar. Fue una hazaña del Barça, en noviembre de 2021 tras el despido de Ronald Koeman, y ha dado sus frutos.
Xavi ha cambiado la cara del Barça
Como mencionábamos antes, Xavi no tuvo un comienzo sencillo en el banquillo culé, pero ha ido configurando un equipo, poco a poco, compensado, con talento y que es capaz de sumarse a la guerra. A él también hay que celebrarle la limpieza del veatuario, el adiós de los contratos millonarios y la apuesta constante por el talento de casa. Tiene la meritocracia por bandera y le da igual que el jugador tenga 16 o 32 años: jugará el que más lo merece. Ha devuelto la calma, las ganas y la sensación de que este Barça puede pelear por todo. Y hay más de esto hasta 2025.