Semanas después de su llegada al FC Barcelona avisó que no tenía porqué justificarse, y realmente las críticas a Paulinho fueron más un susto de mercado que una duda real. El brasileño llegó desde el Guangzhou para entrar al Camp Nou por la puerta grande, y ha cimentado su adaptación en un esfuerzo encomiable y una rápida conexión con Leo Messi.
Porque el centrocampista se ha convertido, con permiso de Jordi Alba, en el mejor socio del argentino, al que abre puertas sobre el césped a base de 'orbitar' a su alrededor. De delantero centro, de media punta o de pivote, a unos metros del '10' siempre aparece el paulista como una opción clara de pase, ya sea con un desmarque ofensivo o para devolver una simple pared.
Su tarea parece muy simple pero beneficia mucho al Barça, ya que permite que Messi pueda moverse con más libertad descargándole de un par de hombres en cada jugada. Además, el de Rosario sabe que tiene las espaldas bien cubiertas por su compañero, que a menudo se encarga de los esfuerzos defensivos si hay alguna pérdida de balón.
Fiabilidad a domicilio
Con un perfil totalmente distinto al centrocampista tipo del FC Barcelona, Paulinho se ha ganado un sitio en el once de Ernesto Valverde sobre todo en los partidos disputados lejos de casa, en los que los catalanes sufren más y en los que la temporada pasada se le escaparon los títulos. Aún queda para que la adaptación del brasileño sea completa, pero de momento está dejando muy buenas sensaciones. Será importante.