Los precedentes advierten que el mercado de invierno es un terreno peligroso, y el FC Barcelona lo ha vuelto a comprobar con el caso Yerry Mina. El colombiano llegó antes de tiempo para cubrir la baja de Javier Mascherano, pero en plena temporada y con una adaptación al fútbol europeo pendiente, su incorporación no acabó cuajando y desembocó en un traspaso hace algunos días.

A menudo se utiliza el baremo de los millones por partido para medir cuando un fichaje ha sido un fracaso, pero en el caso del central arroja un balance sorprendente. Su situación no tiene que ver con que las lesiones le hayan impedido jugar, ni tampoco la inversión realizada en su momento fue especialmente destacada. Los 11,8 millones de euros abonados al Palmeiras han acabado siendo muy rentables.

Haciendo unos cálculos aproximados, el de Guachené ha reportado al Barça 5 millones por cada uno de los encuentros oficiales que ha disputado, ya que participó en cinco compromisos de LaLiga y uno de Copa del Rey. Contra Getafe, Celta de Vigo, Levante y Real Sociedad estuvo sobre el césped los 90 minutos, a los que añade 10 más contra el Villarreal y otros 7 contra el Valencia.

Siendo estrictamente fieles a los números, son algo más de 3 'kilos' por cada uno de los enfrentamientos, contando que el Barça se ha embolsado alrededor de 30 y que en su momento pagó cerca de 12. Quizá no haya sido la mejor operación a nivel deportivo, pero en cuanto a la vertiente económica, se ha convertido en un negocio impecable.

Yerry Mina, un central demasiado verde para el Barça

Más allá de un destacado Mundial de Rusia y un poderío ofensivo que ya se le conocía, a Yerry Mina le han pesado en el Barça sus dotes defensivas, demasiado verdes para la exigencia de uno de los mejores equipos del mundo. Es evidente que de cara a portería el sudamericano es un gran argumento, pero al final se trata de un central y sus principales obligaciones están en la retaguardia.

Con una zaga muy adelantada, la falta de velocidad del caucano le penaliza en las transiciones, un lujo que los culés no se pueden permitir. El lío con los pasaportes ha acabado siendo la sentencia, porque con tres extracomunitarios en la plantilla (con Coutinho liberado, Arthur, Malcom y Arturo Vidal), los menos importantes debían salir.